La sombra de Tomás Gimeno es alargada y la tragedia de la violencia vicaria se ha repetido en Santa Margarida da Serra (Portugal). Un hombre de 40 años y de nacionalidad alemana ha matado a su hijo de 3 años y después se ha suicidado. Han encontrado los dos cuerpos dentro de un coche, en una zona boscosa.
La madre del menor, una mujer de nacionalidad británica, denunció el secuestro de su hijo hace una semana. En las últimas horas se ha producido el dantesco hallazgo de los dos cadáveres. El adulto presentaba una herida de bala, y el menor estaba carbonizado.
Fue un grupo de cazadores quien encontró los cuerpos sin vida dentro de un coche en el bosque. Dieron la voz de alarma a la policía, que puso en marcha las investigaciones. La principal hipótesis es que el hombre arrebató la vida de su hijo como venganza contra su mujer, y luego se quitó la vida, como Tomás Gimeno.
Un matrimonio de éxito
El presunto parricida es Clemens Weisshaar, un conocido diseñador alemán de 44 años. La madre del menor asesinado es Phoebe Arnold, una estilista que tenía a varios famosos en su cartera de clientes. Ambos iniciaron en 2016 una relación fruto de la cual, hace tres años, nació Tasso.
Clemens y Phoebe formaron un exitoso matrimonio muy conocido en las altas esferas. Vivieron en Nueva York, donde él expuso su obra y cosechó un gran reconocimiento, y luego se trasladaron a Alemania y finalmente a Portugal. Este verano pusieron punto y final a la relación, y ella obtuvo la custodia de Tasso.
Tras la separación, Clemens se quedó a vivir en la pequeña comunidad portuguesa de Santa Margarida da Serra. La trágica noticia ha roto la apacible vida de los vecinos, que siguen en shock. Aseguran que el diseñador parecía una persona normal, y que no vieron nada que hiciera sospechar lo que ha ocurrido.
Una semana desaparecidos
Clemens estudió en la Universidad de Arte y Diseño de Londres y expuso sus obras en museos como el Moma de Nueva York y el Pompidou de París. Detrás del éxito escondía una personalidad perturbada, que estalló con la separación. El asesinato de su hijo de 3 años ha descolocado a las personas que le conocían.
El alemán tenía que devolver al niño el 1 de noviembre después de haber pasado en fin de semana con él. Pero no lo hizo, y Phoebe denunció inmediatamente la situación a la policía portuguesa. Los mensajes que le había enviado hacían temer lo peor, y el desenlace confirmó los peores presagios.
El domingo por la mañana, un cazador llamó a la policía para notificar que habían hallado una camioneta carbonizada en el campo. Al llegar, los agentes encontraron el cuerpo del pequeño dentro del vehículo, y a unos 150 metros el cadáver del padre. El presunto parricida tenía un solo disparo en la cabeza.
La principal hipótesis
La unidad al mando de la investigación está a la espera de los resultados de la autopsia del pequeño. “La principal hipótesis es que el padre mató a su hijo y luego se habría suicidado”, aseguran. El detonante habría sido la relación conflictiva que mantenía con su expareja, y que era conocida por las autoridades.
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Según ha trascendido, Clemens y Phoebe se separaron en julio y esta era la primera vez que él tenía un permiso. Ella fue a vivir con Clemens en Portugal el año pasado, pero tras la separación se mudó a Lisboa con el pequeño. “Nadie esperaba que el padre llegara a este límite”, lamenta ahora el jefe de la unidad.
No ha trascendido si existían amenazas previas que hicieran prever la tragedia. Tampoco se sabe aún cuándo ocurrieron las muertes, aunque se calcula que sucedió hace unos tres días. La investigación sigue en marcha y el caso ha trascendido a la prensa internacional.
El caso de Tomás Gimeno
La muerte del pequeño Tasso se ha producido apenas unas semanas después del caso de Kristian y Amantia, dos niños secuestrados por su padre en Portugal. En este caso la cosa acabó bien, y a pesar de las amenazas del padre, la policía encontró a los niños en buen estado y fueron devueltos a su madre.
El caso de Tasso recuerda a los recientes casos de parricidio en España. En especial el de Tomás Gimeno, que mató a sus dos hijas Anna y Olivia, de 1 y 6 años, durante un permiso en Tenerife. Según la conclusión final de la jueza, su intención fue causar el mayor daño posible a su expareja y madre de las niñas, Beatriz Zimmermann.
Poco después tuvo lugar la muerte del pequeño Leo, un niño de 2 años y nueve meses, a manos de su padre en Barcelona. Martín Ezequiel Álvarez Giaccio mató a su hijo en un céntrico hotel de la ciudad condal. Después del crimen y antes de suicidarse, mandó un escalofriante mensaje a su mujer: “En el hotel te dejo lo que te mereces”.
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