Han pasado casi 30 años desde que se produjo el crimen de Alcàsser, pero todavía sigue existiendo una gran incógnita sobre el mismo. Todavía no se ha podido localizar a Antonio Anglés, autor material de los hechos junto a Miguel Ricart. Aunque ahora un nuevo testigo podría acabar dando la pista definitiva para dar con su paradero.
Y es que desde que matará, con la ayuda de Ricart, a Miriam, Desireè y Toñi, poco se sabe de Antonio Anglés. La teoría que siempre han defendido la mayoría de investigadores es que huyo por mar hacía Irlanda. Después de años de simples especulaciones parece que por fin se puede dar credibilidad a esta línea de investigación.
Todavía no se sabe cómo exactamente, pero a diferencia de Ricart que fue detenido y condenado, Antonio Anglés fue capaz de eludir a la justicia. Siempre se creyó que había embarcado en un barco como polizón para así conseguir escapar de España. Y por fin hay un testimonio clave que parece confirmar esta teoría.
Se trata de un oficial del barco irlandés 'City of Plymouth'. Según recogía el diario Las Provincias este habría confirmado que Anglés viajó como polizón en la citada embarcación.
Este lo habría reconocido tras prestar declaración ante el titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Alzira. El oficial habría confirmado que el hombre de las fotografías que le habrían mostrado era el polizón de su barco. Se daría así por segura la huida del asesino de las niñas de Alcàsser tras cometer el crimen.
Esta misma persona también habría asegurado que Anglés fue capaz de huir en aguas irlandesas, evitando el cordón policial en Dublín. Confirmada la huida del asesino, solo falta averiguar que falló en la policía irlandesa. Y es que esta se negó a registrar el barco pese a tener un aviso de que el fugitivo se encontraba a bordo.
Cómo fue la huida de Antonio Anglés
Hay que recordar que el crimen de Alcàsser se cometió el 13 de noviembre de 1992. Las tres jóvenes habían salido de fiesta a la discoteca Coolor, en la vecina Picassent. Para volver a casa decidieron hacer autostop y es así como desgraciadamente se cruzaron con sus asesinos.
No fue hasta 75 después que aparecían sus cuerpos, concretamente el 27 de enero de 1993. Fueron dos apicultores los que encontraron los cuerpos en el barranco de La Romana de la localidad de Tous, envueltos con una alfombra. Los trabajos forenses confirmaron su brutal muerte y que fueron violadas.
A partir de aquí se trabajó sin descanso para dar con sus asesinos. Miguel Ricart si pudo ser localizado, detenido y condenado. No Anglés, que se convirtió en uno de los fugitivos más buscados de nuestro país.
El 29 de enero de 1993 varios testigos reconocieron haber visto a Antonio Anglés en la estación de autobuses de Valencia. Se había teñido el pelo. Uno de los testigos fue la peluquera que lo atendió.
Pasaron unos días sin que no se supiera nada de él. El 10 de febrero robó una furgoneta en Vilamarxant. Con ella viajó hasta Minglanilla, en Cuenca donde la abandonó.
Había recorrido la carretera de Madrid, cosa que hizo pensar a la Guardia Civil que su destino era la capital. Pero un mes después un agentes del antiguo CESID lo situaba en Lisboa. Era el 10 de marzo.
Problemas burocráticos hicieron que esta información no llegará a los investigadores hasta 15 días después. El 26 de marzo visitaban la casa de un criminal en la capital portuguesa y encontraba huellas de Anglés. Era demasiado tarde, Anglés había huido de polizón en el buque citado el 18 de marzo rumbo a Liverpool.
Uno de los tripulantes lo detectó el día 23 ya cerca de la costa irlandesa. Pese a ello pudo escapar, se cree que a través de una ventana.