En los primeros estadios de la pandemia del Covid-19, los expertos intuían que este tenía una gran capacidad de mutación aunque eran incapaces de asegurarlo categóricamente por la falta de pruebas. Las últimas investigaciones y los nuevos brotes en Chinaya no dejan lugar a dudas: el virus está mutando, y se hace más peligroso.
En las últimas semanas ha habido una avalancha de estudios que demuestran que el virus que salió de Wuhan ya no es el mismo que el que circula ahora mismo por España, porque ha mutado como mínimo diez veces, y eso lo hace más peligroso. Esto supondría más dificultades para encontrar una vacuna, y por eso los científicos intentan ser prudentes.
Pero ahora un informe de Bloomberg saca a luz los últimos descubrimientos de los científicos, que han descubierto que en el noreste de China el virus se comporta diferente en los pacientes del nuevo grupo de contagiados, lo que sugiere que el virus ha mutado y complica los esfuerzos para erradicarlo.
Lo cual nos lleva a un nuevo escenario que cuestiona las posibilidades de volver a abrir las actividades y la economía ya que, según los expertos, los pronósticos de la mayoría de los científicos hasta ahora, que hablaban de 3.000 muertes (en todo el mundo) al día en el mes de junio, son un espejismo.
Por eso están saliendo nuevas voces que piden no poner fechas ni hacer proyecciones, porque el gran desconocimiento que se tiene ahora sobre el virus impide hacer pronósticos acertados. Lo mismo sucede con la vacuna, ya que según esta teoría el período de 18-24 meses responde más a los deseos que a la realidad, y no es posible saber cuándo estará lista.
Tardan más en recuperarse
En los pacientes analizados a raíz de los nuevos brotes en China se ha observado que tardan más en desarrollar los síntomas y también tardan más en recuperarse. Dice el informe que «los pacientes tardan más de las dos semanas máximo que tardaban los de Wuhan en manifestar los síntomas, lo cual está impidiendo a las autoridades detectar los positivos».
Y es que según las observaciones, el retraso en la detección de los nuevos contagiados están dando lugar a grupos de infecciones familiares en las regiones del noreste del país. En estas ciudades, como Shulan, Jilin y Shenyang, los nuevos casos de infectados obligó a cerrar una región de 100 millones de habitantes.
Algunos doctores trabajaron primero con los infectados de Wuhan y ahora sacan sus propias conclusiones a raíz de la observación de los nuevos casos. Una de las diferencias es que en Wuhan, los enfermos sufrían daños en varios órganos mientras que en los nuevos casos el problema se centra en los pulmones.
Ahora los doctores tratan de establecer si se trata de la mutación del virus o de las variaciones en un grupo relativamente reducido de pacientes. Además, el informe recuerda que cuando surgió el primer brote en Wuhan, el colapso del sistema sanitario impidió que hubiera tiempo ni recursos para analizar el comportamiento del virus, y se priorizó la atención a los enfermos.
No obstante, los nuevos hallazgos sugieren que la incertidumbre sobre el comportamiento del Coronavirus complicará los esfuerzos de los gobiernos para frenar su propagación y abrir las economías.