Lo que apareció de pronto como una solución temporal a la paralización de las actividades económicas no esenciales por la crisis del Coronavirus, el teletrabajo, está llamado a quedarse como una forma cada vez más normalizada de trabajo durante y después del estado de alarma. Por eso el Gobierno ya está preparando un proyecto de ley para su regulación.
La nueva legislación será la primera vez que se regule por convien cómo tienen que compensar las empresas a sus empleados que trabajen desde casa, y contiene cláusulas muy interesantes como el que establece que la empresa tendrá que pagar parte de las facturas de la luz de los trabajadores que hagan teletrabajo.
La ley regulará, de hecho, todos los aspectos: el sueldo, la jornada laboral, los descansos, el uso de los elementos de la empresa, y lo más importante, cómo la empresa compensa a sus trabajadores por los gastos que genera trabajar desde casa.
En este sentido, la regulación prevé que la compañía tenga que abonar parte de la factura de la luz del trabajador, y también pagar una parte de los muebles o el equipo técnico o informático que tenga que utilizar para llevar a cabo su trabajo, incluyendo equipo de oficina, papel o material de impresora.
Además, el proyecto de ley tiene en cuenta la regulación de los descansos, y establece que el trabajo en caso venga acompañado de un nuevo horario. En concreto, el documento de Trabajo refleja que, entre los inconvenientes de esta nueva relación laboral se encuentra el «tecnoestrés, el horario continuo, la fatiga informática y la conectividad digital permanente».
Conciliación e igualdad
En cuanto a la conciliación y la igualdad de género, uno de los objetivos de la ley es garantizar «certezas sobre la utilización del trabajo a distancia, incluidas dentro del derecho de conciliación». Contempla, en ese sentido, los requisitos necesarios para un ejercicio equilibrado entre mujeres y hombres.
Trabajo ha detectado que la habitual extensión de la jornada laboral para trabajar en casa impide, en muchos casos, la conciliación de la vida laboral y familiar.
Según los expertos, las empresas se ahorran más de 2.000 euros al año por empleado con el cierre de oficinas y la implantación del teletrabajo, una cifra que incluye el ahorro en gastos de agua, luz, wifi, limpieza, equipos, mantenimiento, comedor o vales para comer.
El experto en derecho laboral Roberto Gutiérrez explicó en La Sexta que «ningún trabajador tiene que asumir los gastos relacionados con su actividad laboral» y que «del mismo modo que un trabajador que va a su puesto de trabajo no paga la luz de la empresa ni el agua, si presta sus servicios desde su domicilio tiene que ocurrir lo mismo».
Por eso, dice, con la nueva situación del teletrabajo, que se puede extender cada vez más, el trabajador tiene que tener la misma jornada laboral, el mismo salario y los mismos derechos que tenía en su centro de trabajo. Y esto es lo que intenta regular la nueva ley.