Caroline Kayll, una profesora de 40 años, natural de Reino Unido, fue asesinada brutalmente por su ex pareja, un varón de 47 años llamado Paul Robson, el pasado 15 de noviembre. El móvil del homicidio fue la relación que la mujer mantenía con un menor de edad.
La fémina asesinada conoció a Paul Robson durante el internamiento del varón en la cárcel de HMP Northumberland, Reino Unido, mientras él cumplía condena y ella, por su parte, desempeñaba su trabajo como funcionaria de prisiones.
En el año 2018, Caroline Kayll comenzó su romance con el peligroso ex convicto. La relación sentimental entre ellos tan solo duró dos años. En el 2020, rompían el noviazgo y poco tiempo después la profesora inició un idilio con un joven de 15 años que le llamaba la atención.
Su ex pareja descubrió la nueva ilusión de Caroline Kayll y, lejos de continuar cada uno con su vida, el presunto asesino decidió martirizar por el resto de sus días a la maestra.
Paul Robson la chantajeó y la extorsionó durante un tiempo. Según informa el medio local The Sun, el homicida llegó a venderle su silencio a Caroline Kayll por 35.000 libras esterlinas.
La mujer se vio obligada a pagarle para que esta información no viera la luz. Incluso, la ex pareja de Paul Robson pidió un crédito bancario por valor de 10.000 libras para entregarle todo el dinero que solicitaba el antiguo preso de la cárcel de Northumberland.
En aquella época, Caroline ya ejercía como maestra en Reino Unido por lo que el asesino sabía que si se conocía la relación entre la mujer de 40 años y el adolescente de 15, podría «arruinarle la vida» a la profesora.
Robson asesinó a su ex pareja después de extorsionarla y chantajearla
En el mes de noviembre del pasado año, el exnovio de Caroline cambió de parecer. Los chantajes y el acoso a la británica se tornaron insuficientes para él. Paul Robson decidió dar el último paso en su venganza contra la que un día fue su pareja.
El ex convicto asesinó a Caroline Kayll el 15 de noviembre de 2020 de una manera brutal y con ensañamiento. Él se alojaba en Glasgow junto con un amigo. Ese día cogió el coche y se dirigió a Linton donde residía su reciente exnovia.
Unas cámaras de seguridad, próximas a la casa de la profesora, captaron a Paul Robson olisqueando alrededor del hogar de Caroline Kayll.
De camino a la casa de su ex paró a comprar en una gasolinera, donde una vez más fue grabado gracias a las cámaras de vigilancia del establecimiento. Allí compró un paquete de destornilladores, dos botellas de amoníaco, unos alicates y una llave inglesa de considerable tamaño.
Una vez conseguido el material, se dirigió hacia la casa de Caroline Kayll. Paul Robson se coló por la puerta del jardín y entró en el domicilio de su ex pareja sin decir nada según relata el adolescente para el diario local.
El ex convicto agredió a la profesora. Le asestó varias puñaladas a lo largo de su cuerpo y le propinó varios cortes en la cara. Además, le cortó el pelo con un cuchillo de cocina, unas tijeras y un cuchillo especial para carne. Cuando acabó, vertió el amoníaco por su cuerpo.
Después, se ensañó con el adolescente. Él también recibió una brutal paliza y varias puñaladas. Pero en este caso, el joven logró salvar su vida.
Paul Robson dejó a las víctimas incomunicadas tras llevarse los teléfonos móviles de ellos, pero incongruentemente avisó al vecino de la profesora de lo que él mismo había hecho, quien alertó a los servicios de emergencias sanitarias.
Cuando tuvo los teléfonos en su poder, el asesino aprovechó para difundir mediante las redes sociales y el correo electrónico los mensajes intercambiados entre la mujer y el adolescente y dar a conocer la relación sentimental entre ellos.
Caroline Kayll permaneció viva durante las 36 horas siguientes porque fue conectada a una máquina de soporte vital hasta que pereció. El menor se recuperó de las heridas e interpuso la pertinente denuncia.
Paul Robson fue detenido dos días después. Ahora deberá enfrentarse al juicio por el asesinato de Caroline Kayll y por el intento de homicidio al adolescente. No obstante, el condenado asegura que él no es el asesino y que además él también fue víctima del ataque.