El pasado jueves 10 de diciembre, una persona llamó muy nerviosa y llorando a la Guardia Civil. La mujer, de 27 años, le dijo a los agentes que su expareja, identificado como Jesús R. S., le había secuestrado en su vivienda y que había sido violada en repetidas ocasiones en presencia de sus hijos.
Los hechos sucedieron en la localidad sevillana de Los Morales. La víctima consiguió escapar de la casa y contactar con una vecina a la que le explicó todo lo que sucedía y le pidió su teléfono móvil para llamar a la policía e informar sobre su caso.
El agresor tenía una orden de alejamiento
Tras recibir la llamada, una patrulla de la Guardia Civil se dirigió al lugar indicado. La mujer estaba en un estado de ansiedad y de nerviosismo, llorando sin parar y diciendo que uno de sus hijos todavía seguía en el domicilio con su expareja.
La víctima les explicó a los agentes que temía por su integridad, porque el agresor llevaba un cuchillo de grandes dimensiones con el que había la había amenazado en repetidas ocasiones.
La Guardia Civil comprobó que el hombre tenía en vigor una orden de alejamiento por malos tratos que fue impuesta durante su etapa de pareja.
Aunque el agresor había cerrado con llave la puerta de la vivienda, los agentes consiguieron entrar gracias al otro juego de llaves que les ofreció la mujer.
Dentro del domicilio se encontraron a un menor de diez años sentado, con una cara muy seria y con lágrimas en los ojos.
Las autoridades le preguntaron si había alguien más en la casa y él respondió con voz titubeante que no. No obstante, registraron la vivienda por si el presunto agresor todavía se encontraba allí.
Tras revisar todo el domicilio, descubrieron a una persona escondida en el armario empotrado de una de las habitaciones de la primera planta. Cuando abrieron la puerta, el hombre se abalanzó sobre ellos para poder escapar.
Los agentes se vieron obligados a emplear la fuerza para impedir su huida. Tras reducirle, lo esposaron y lo trasladaron a las dependencias policiales.
Por su parte, la mujer fue desplazada al Hospital de Alta Resolución de Utrera para un reconocimiento y posteriormente derivada al maternal del centro hospitalario de Virgen del Rocío para un examen por parte de los médicos forenses.
La víctima y el agresor llevaban separados desde el pasado mes de agosto, cuando la mujer le denunció y se dictó una orden de alejamiento.
Secuestrada, amenazada y violada
Hace aproximadamente un mes, él accedió al interior del domicilio y la amenazó diciendo que si llamaba a la Guardia Civil les mataba a ella y a los niños.
Según ha explicado la mujer, su expareja le quitó el teléfono móvil de protección y le escribió desde el suyo hablándole como si estuvieran juntos.
Además, ha contado que ella y sus dos hijos, de 10 y 4 años, han estado retenidos y encerrados en casa y que casi todas las noches ha sido forzada sexualmente.
También ha denunciado que cuando alguien la llamaba para preguntar sobre la compareciente, el agresor le ponía el cuchillo en el cuello para que ella no dijera nada.
Incluso cuando la llamó la Guardia Civil de la Violencia de Género para comprobar el cumplimiento de la orden de alejamiento, no tuvo más remedio que decir que todo iba bien.
Asimismo, ha confesado que su expareja le quitó parte de la pensión que cobra por ser víctima de violencia de género y que ha pasado varios días sin comer porque él no le dejaba.
30 años de prisión para el agresor
Tras esto, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Utrera ha decretado prisión provisional, comunicada y sin fianza de unos 30 años.
El hombre ha sido acusado por delitos en el ámbito de la violencia sobre la mujer por incumplir la orden de alejamiento, detención ilegal, atentado a la autoridad, amenazas graves con arma blanca y agresión sexual con penetración con violencia o intimidación.