Samantha Wendell y su marido

Muere una sanitaria de 29 a punto de casarse y tener hijos: Ingresada el día de su boda

Samantha Wendell rechazó vacunarse porque quería tener hijos y tenía miedo de que la vacuna la dejase infértil

Samantha Wendell era una sanitaria de solamente 29 años que tenía toda una vida por delante. Estaba a punto de casarse y ya tenía planeado tener varios hijos, entre tres y cuatro, junto a su pareja. Lamentablemente, Samantha ya no podrá vivir su sueño porque tuvo miedo de vacunarse.

Esta sanitaria se une a una larga lista de personas que no quisieron vacunarse por miedo. En su caso, había llegado a leer que estos medicamentos contra la COVID podían llegar a provocar infertilidad. Y lo que es peor, algunos compañeros de trabajo se lo confirmaron.

Con toda esta información en sus manos, Samantha tomó una decisión: no iba a vacunarse. Ella, como muchos otros norteamericanos, ya no podrá cumplir sus sueños porque tuvo miedo. Eso es lo que su familia busca transmitir ahora contando su historia. 

Samantha era una técnica quirúrgica de 29 años cuando se contagió de COVID. Vivía en Kentuchy, en Estados Unidos, y estaba a punto de casarse con su pareja. Con él quería tener entre 3 y 4 hijos y vivir la modélica vida americana que estamos tan acostumbrados a ver en televisión. 

Desafortunadamente, la joven se contagió de COVID hace varias semanas tras estar en contacto con el virus. Samantha no tenía patologías previas y no pertenecía a ningún grupo de riesgo, así que dentro de todo, no se asustó. Tampoco su familia le dio demasiada importancia porque, como decíamos, era una chica joven y sana. 

Pero su estado de salud, a los pocos días de contagiarse, empezó a empeorar. Samantha tuvo que pasar el día de su boda, el 21 de agosto, en el hospital. Iba a ser el día más feliz de su vida, pero su pareja ya solo lo podrá recordar por lo que no pudieron vivir. 

Ese mismo día, Samantha ya estaba conectada a un ventilador que la ayudaba a respirar, porque ella no podía. Unos 15 días después, la joven murió a consecuencia de la enfermedad. 

Sus familiares están dando a conocer su caso para evitar que otras jóvenes cometan su error. Hay muchas mujeres embarazadas, que tienen pensado tener hijos o que acaban de tenerlos y que rechazan la vacuna. 

En el caso de Sam, su miedo era quedarse infértil y no poder tener hijos. En otros casos, las mujeres temen que la vacuna produzca algún tipo de alteración en el feto. Y para las madres que amamantan a sus recién nacidos, también tienen miedo de que sus hijos sufran las supuestas consecuencias.

Los expertos avisan que es seguro vacunar a las embarazadas

Los expertos del Centro de Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos han llamado a la calma. Aseguran que las vacunas actuales y aprobadas son totalmente seguras para las madres y para sus bebés. De hecho, animan a las embarazadas a vacunarse porque la variante Delta parece tener mayor incidencia en este colectivo que las variantes anteriores. 

"Las vacunas son seguras para las personas que están tratando de quedarse embarazadas", aseguran desde el CDC. Los científicos insisten en que no se han encontrado vínculos entre la infertilidad y ninguna de las vacunas aprobadas. 

María Vibandor, una prima de Samantha con quien estaba muy unida, ha explicado que para ella fue demasiado tarde. Al parecer, Sam acabó aceptando vacunarse antes de saber que estaba contagiada. Fue a finales de julio, aunque para ella ya no fue posible. 

"La desinformación la mató. Si podemos salvar más vidas y vidas de familias, entonces este es el regalo que ella nos dejó para entregar", asegura la prima. 

Le faltaban pocos días para vacunarse cuando Sam celebró su despedida de soltera. Volvió con tos y con dificultades respiratorias, y ahí fue cuando se hizo la prueba y resultó positiva. Su novio, Andrew, también dio positivo, pero no tuvo las complicaciones que sufrió ella. 

La madre de Sam asegura que su hija pidió vacunarse incluso cuando ya estaba ingresada y antes de que le pusieran un ventilador. Lamentablemente ya era tarde, porque cuando una persona está contagiada debe esperar varios meses para poder vacunarse.

"Me pesa mucho que esto se haya podido evitar fácilmente", asegura Jeaneen, la madre de Samantha.