Los vecinos del barrio de San Nicasio, en Leganés (Madrid), están «muy tristes» y «conmocionados» tras la pérdida de Tomás Mijimolle (79 años) y Mari Carmen Cuadrado (82 años), un matrimonio que regentaba dos farmacias en la zona y que falleció con coronavirus con apenas tres días de diferencia.
Tomás murió el 28 de marzo y su mujer Mari Carmen el 31 tras haber estado pendientes de sus clientes hasta casi el último momento. Las dos farmacias siguen abiertas, pero regentadas por otros profesionales.
La presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, los recordó en su discurso del pasado 2 de mayo, día de la Comunidad de Madrid, dedicado a los «héroes» de la pandemia del coronavirus.
Remarcó que eran «novios desde la facultad» y que «no quisieron abandonar la farmacia que habían fundado para atender a sus vecinos y clientes».
El recuerdo de sus vecinos
A ese recuerdo institucional se une la memoria de muchos de sus vecinos, que encontraron en este matrimonio a «los farmacéuticos del barrio de toda la vida».
Despachaban a sus vecinos en unas farmacias que «tenían ese regusto a las farmacias de pueblo, en las que la gente entraba, empezaba a contar sus historias y la farmacéutica les escuchaba y les recomendaba», comenta a Efe Sergio Santiago, un joven de 29 años que asegura que los dos establecimientos «son una institución en el barrio».
Sergio se enteró de la muerte de ambos durante uno de los aplausos de las ocho de la tarde, al salir al balcón: «Lo empezaron a decir las vecinas, la gente estaba muy conmocionaba, se comentaba de balcón a balcón», relata.
Se sintió «totalmente noqueado» al conocer de la muerte de don Tomás y doña Mari Carmen (todos les llamaban así, a pesar de su trato cercano). «Fue una cosa tristísima» que convocó a todas las farmacias de Leganés a guardar incluso un minuto de silencio, explica.
Este vecino asegura que el matrimonio era «parte del barrio» y que eran capaces de mantener «la idea de pueblo» dentro de Leganés, una ciudad cercana a los 200.000 habitantes que sigue siendo el municipio más azotado por la COVID-19 en la Comunidad de Madrid, al registrar más de 2.800 positivos.
Blasa y su marido sí que lograron vencer al virus, dentro de una experiencia que, «gracias a Dios, no ha sido de las más duras», y tienen también palabras de cariño para Tomás y Mari Carmen, a los que conocen «de toda la vida», desde que llegaran a San Nicasio hace ya 51 años. «Eran muy agradables, muy simpáticos con todo el mundo y muy trabajadores», dice.
Mayte llegó a este barrio de Leganés en 1989 y coincide con su vecina en señalar el «trato cercano» de este matrimonio que «se sabía la vida de las personas que por allí pasaban».
Asegura que la muerte de ambos, en un margen de tiempo tan estrecho, «ha caído como un cubo de agua fría» entre los vecinos del barrio y «la gente no daba crédito».
Su último encuentro con Tomás fue al comienzo de la alerta sanitaria, cuando acudió a la farmacia para comprar mascarillas y se habían agotado. «Una de las chicas que trabaja allí me apuntó el pedido. Ese es el último día que lo vi, estaba allí, con las clientas», recuerda.
Gran relación hasta con el alcalde
El alcalde de Leganés, Santiago Llorente, conocía a Tomás desde niño porque tenía la farmacia al lado de la casa de sus padres.
«Ha sido un mazazo para todo el barrio», comenta el regidor, que señala que para este matrimonio la farmacia era «un referente de servicio público, de sanidad pública y de atención a muchísimos vecinos que lo que querían era salir adelante con sus familias y prosperar».
Doce profesionales sanitarios (once farmacéuticos y un auxiliar) han fallecido en las farmacias de la Comunidad de Madrid, en las que un 11,5 por ciento del personal ha resultado contagiado, según el último balance publicado por el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid.