René Robert era un conocido fotógrafo franco-suizo que con su muerte ha conmocionado al mundo del arte. A sus 84 años, dedicó gran parte de su carrera profesional a inmortalizar la esencia del flamenco con imágenes de Camarón o Paco de Lucía.
Fotos en blanco y negro que han pasado a formar parte de la historia tanto de la fotografía como del arte en general. Su pasión eran los flecos, las luces y el tablao flamenco, pero su muerte ha sido todo lo contrario.
Un trágico desenlace que pone punto y final a más de cinco décadas de maestría tras el objetivo. René Robert fallecía congelado en plena calle ante la pasividad de los transeúntes, un suceso que su gran amigo Michel Mompontent ha querido denunciar.
René Robert pierde la vida congelado en plena calle
Con 84 años y más de 50 dedicándose al mundo de la fotografía, René Robert se convirtió en todo un referente. Sus instantáneas han dado la vuelta al mundo hasta el punto de convertirse en uno de los mejores fotógrafos del mundo.
De nacionalidad franco-suiza, lo de René era captar la esencia de cada momento. Así, inmortalizó el taconeo de Manolo Marín o la perfección en los dedos de Paco de Lucía. Sin embargo, el cruel destino quiso que su objetivo se apagase de forma definitiva de la manera más cruel.
Todo ocurrió cuando hace unos días decidió salir a dar un paseo tras cenar en una conocida calle de París. Puede que René Robert estuviera simplemente admirando el paisaje o buscando a las musas, pero lo que encontró fue su triste muerte.
El fotógrafo cayó desplomado en medio de la calle donde permaneció inconsciente. Eran las nueve de la noche, una hora lo suficientemente temprana para que alguien hubiera podido socorrerle.
Sin embargo, nadie acudió en su ayuda. Los transeúntes pasaban cerca de él sin hacer el mínimo gesto de interés sobre su estado. No fue hasta las 6:30 de la mañana cuando, por fin, una ambulancia acudió al lugar.
Un vagabundo fue el que llamó a los sanitarios al ver a René tendido en la acera. El fotógrafo presentaba una herida grave y una hipotermia severa. Fue trasladado inmediatamente al hospital, donde nada pudieron hacer por salvarle la vida.
Al conocer la noticia, el periodista y gran amigo de René, Michel Mompontent ha querido denunciar lo ocurrido. "Asesinado por la indiferencia", comienza diciendo. "Murió solo en una concurrida calle de la capital sin que nadie se detuviera a socorrerlo, este trágico y repugnante final de vida nos enseña sobre nosotros mismos", añade.
Además, Michel agradece la ayuda del vagabundo que socorrió a su amigo y muestra su deseo de conocerle. "Fue el único ser humano que pidió ayuda", publica.
Toda una vida detrás del objetivo
René Robert sentía pasión por la fotografía. Hombre de pocas palabras, su manera de expresarse era a través de sus fotos. En ellas captaba lo que nadie podía apreciar, la esencia pura del arte.
Fiel testigo de ello son sus obras que siempre quedarán como un referente manteniendo su recuerdo vivo. Cuando le preguntaban cuál era su secreto, respondía "espero el momento".
Y así, esperando que alguien le ayudara es como René Robert terminó perdiendo la vida. Él que siempre miraba a través de un objetivo, fue invisible para los que por su lado pasaban. Nadie acudió en su ayuda, nadie se interesó por aquel hombre de 84 años que se encontraba tendido en la acera en pleno invierno.
Solo un vagabundo, otro invisible para parte de la sociedad, fue capaz de percatarse de que necesitaba ayuda. Sin duda, un trágico suceso que debería hacernos replantear qué sociedad estamos construyendo.