Miriam, una joven de Las Flores de 20 años, conoció hace diez meses a José Carlos, un chico de 23 años de El Ejido. Ella no sabía de él, pero él sí la seguía en las redes sociales hasta que coincidieron en una discoteca. Ahí nació su historia de amor, que acabó de forma trágica el pasado domingo.
Miriam y José Carlos se conocieron en una discoteca y empezaron a quedar de manera esporádica. Hace dos meses que se veían con más frecuencia y querían dar el paso de formalizar su relación. Todo se torció la madrugada del pasado domingo, en el atropello mortal ocurrido en Málaga.
Sucedió a las puertas de la discoteca Akari, donde habían acudido con más amigos para celebrar el cumpleaños de su colega Fernando. Una discusión acabó con un botellazo en la cabeza de José Carlos, que quedó herido en el suelo. Mientras sus amigos le socorrían, un coche les arrolló intencionadamente.
Separados por la tragedia
José Carlos y Miriam tenían una bonita relación y les gustaba pasar tiempo juntos mirando series. Como todos los jóvenes, también les gustaba disfrutar de la fiesta en compañía de sus amigos. La noche del sábado al domingo él salió con sus amigos y ella con sus amigas, en la misma discoteca.
Miriam y José Carlos bailaron y disfrutaron hasta la hora del cierre, sobre las 06:00 horas del domingo. A partir de ahí, los hechos se vuelven confusos. Miriam solo recuerda ver a su pareja tendida en el suelo con la cara ensangrentada a la salida de la discoteca, y correr hacia él para ayudarlo.
Fue entonces cuando vio un coche a gran velocidad correr hacia ellos, y ya no recuerda nada. Su amiga Nieves le ha contado que la llevaron en ambulancia, y cuando abrió los ojos ya estaba en el hospital. La joven permaneció un par de días en el hospital, recuperándose de las lesiones.
Supo la verdad dos días después
Miriam no recuerda nada de lo ocurrido, no solo porque estuvo veinte minutos inconsciente sino también por la medicación que recibió. De hecho, no fue hasta el lunes que se enteró de la muerte de su novio. “Ayer me enteré de que mi José Carlos había fallecido”, recordaba ayer entre lágrimas.
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La versión de Miriam coincide con la de Adrián, otro de los jóvenes hospitalizados por el atropello. Este chico de 23 años recuerda escuchar la voz de Miriam pidiendo ayuda y, al darse la vuelta, vio a José Carlos herido en el suelo. Fue a socorrerlo, y entonces vio como un coche iba hacia ellos.
Adrián no tiene ninguna duda de que “el coche que mató a José Carlos iba a matarnos”. En el hospital fue operado del fémur y la cadera, y se recupera favorablemente en el hospital. Otro joven de 24 años sigue hospitalizado en la UCI con traumatismo renal, a la espera de conocer su evolución.
Clamor contra los responsables
La versión de los testigos presenciales apunta a que la discusión empezó dentro del local y acabó fuera con un botellazo. Los dos agresores montaron en un coche blanco que dio la vuelta en el paso de cebra y encaró la recta hacia las víctimas. Atropellaron a cuatro personas yendo a 120 kilómetros por hora.
José Carlos, que ya estaba herido, murió como resultado del atropello. Además, su novia resultó herida leve y dos amigos suyos resultaron heridos más graves. Todos ellos tienen claro que las dos personas que iban en el coche les atropellaron de forma intencionada y con el ánimo de matarles.
Horas después del accidente, el conductor se entregó voluntariamente en la comisaría y la policía detuvo al copiloto. Se trata de Rubén e Ismael, dos chicos de 26 años de origen marroquí y nacionalidad española. Las redes sociales se han llenado de mensajes pidiendo que paguen por lo que han hecho.
El relato de Adrián
Adrián, amigo de José Carlos, cuenta que todo empezó como una noche de fiesta normal en Málaga. “Éramos siete y nos divertimos toda la noche hasta que salimos de la sala donde celebramos el cumpleaños de un amigo”, recuerda. Él salió de la discoteca con Miriam, y José Carlos se quedó más atrás.
“Mientras íbamos andando, ella me miró y me preguntó por José Carlos”, explicó en la cadena Ser. “En ese momento me doy la vuelta y veo que le han dado un botellazo en la cabeza”, prosigue. Fue entonces cuando fue a socorrerle, “pero en ese momento vino un coche y se nos llevó por delante”.
Ahora se encuentra con mucho dolor y la sensación de haber vuelto a nacer. Adrián ha querido agradecer las muestras de apoyo recibidas mientras se recupera de las lesiones físicas y psicológicas. “Si alguien quiere quitarse la vida que se la quite, pero no es justo, se ha llevado la vida de mi amigo”, lamenta.