Michael y Harry eran muy amigos. Sus más allegados, de hecho, dicen que su relación iba más allá: eran hermanos. Pero de golpe y porrazo, todo acabó. Fue en Ibiza, en 2018, y Michael acabó con la vida de Harry tras una brutal y violenta pelea cuando ambos iban borrachos.
Es la historia que cuenta este sábado el rotativo británico The Sun. El pasado viernes, 3 de junio, un jurado del Reino Unido declaró culpable a Michael Loveridge, de 26 años, de haber matado a golpes a su compatriota británico Harry Kingsland, excampeón de Taekwondo de 21 años. La sentencia podría ser de cuatro años después que el jurado concluyera que se trata de un homicidio involuntario.
Pues Michael Loveridge reconoció en 2018 que sí se había peleado con Harry Kingsland, pero que había actuado en "defensa propia". Durante el interrogatorio, Loveridge confesó haber golpeado a Harry durante una "pelea", pero negó haber ido más allá, pues la víctima se convulsionó sola en el suelo.
El suceso tuvo lugar el 18 de julio de 2018 en un apartamento turístico de Sant Antoni, en la isla de Ibiza.
Una vida truncada por un fatal suceso
La vida de Michael Loveridge quedó marcada desde aquello. El chico estuvo en prisión preventiva en España durante más de seis meses tras los hechos. Finalmente, fue liberado bajo fianza el 30 de enero de 2019.
Harry trabajó de albañil para costearse el viaje a Ibiza
Como muchos jóvenes británicos, Harry Kingsland había trabajado durante todo el año para poder costearse el viaje a Ibiza. El primero de siete hermanos, fue campeón mundial de Taekwondo a la edad de diez años y recientemente había trabajado como albañil.
Posteriormente había aceptado un trabajo en un pub en Sant Antoni. Finalmente, pero, todo acabó demasiado pronto para Harry. La noche del 18 de junio de 2018 se encontaría envuelto en una pelea con su amigo que acabaría de manera trágica.
La madre de Kingsland reveló a The Sun que este estaba "encantado de la vida" de poder trabajar en Ibiza. "Estaba emocionado con el hecho de mudarse a Ibiza. Era su primera experiencia en el extranjero y soñaba con todo lo que estuviera por venir"
"Harry era un chico ambicioso, feliz y despreocupado... conseguía amigos allá donde iba", recordó la madre del chico mientras insistía: "Siempre había querido trabajar en Ibiza. Tuvo dos empleos para costearse el viaje a su lugar favorito. Es absolutamente trágico y desgarrador que ocurra algo así a alguien tan joven...".