La mañana del 26 de noviembre del 2018 Katrina Keegan sufrió la pérdida más dolorosa: el fallecimiento de su hijo, Sheldon Farnell. Una defunción que llegó tan solo tres días después de que el pequeño fuera ingresado en el hospital y el médico le diera el alta.
Negligencia médica
El niño, de tan solo cuatro años, empezó a sentirse mal y ella decidió llevarle a un centro médico. Allí le hicieron varias pruebas para tratar de ver qué era lo que le pasaba al niño y en uno de los resultados provisionales dio positivo en sepsis.
Sin embargo, tras tres días ingresados y una notable mejora en el su estado de salud hicieron que el doctor que lo atendía pensara que el positivo en aquellos análisis había sido por contaminación, por lo que le dio el alta a Sheldon.
El menor fue enviado a casa sin que el médico llegara a ver los resultados definitivos de las pruebas que le habían hecho unos días atrás.
Unos resultados que confirmaron el positivo en estreptococo del grupo A, una bacteria que puede causar sepsis, tras los análisis finales de hemocultivo.
Sheldon corría un grave peligro de enfermar considerablemente, tanto que incluso otro especialista, el doctor Settle, advirtió al médico que había atendido al menor de la grave situación y le recomendó que se le administrara amoxicilina.
Fue entonces cuando desde el hospital trataron de contactar con la familia del niño, pero no lo consiguieron. Y a pesar de las advertencias del otro sanitario, que incluso llegó a proponer avisar a la policía, el doctor Lawson pensó que el caso del pequeño no era tan grave y que no pasaba nada si se alertaba al día siguiente a sus padres.
Pero la afección de Sheldon sí era tan grave, tanto que, tal y como han señalado ahora desde 'Chronicle Live', esa misma noche tuvo que ser trasladado de urgencia hasta un centro médico y allí permaneció ingresado hasta que falleció a la mañana siguiente.
«Mi hijo me rogó que no le dejara morir»
Este 2021 se cumplirán tres años desde que tuvo lugar la trágica muerte de este pequeño, pero es ahora cuando se está llevando a cabo la investigación ante un posible caso de negligencia médica.
Su familia ha pedido justicia ante lo que consideran que fue un grave error del sanitario que le costó la vida a Sheldon y han relatado los desgarradores últimos momentos con el pequeño.
«Mi hijo me rogó que no le dejara morir», ha narrado Karina Keegan. «Ningún niño de cuatro años debería saber que va a morir. Él podría y debería haber tenido una vida fantástica. Mi Sheldon siempre tendrá cuatro años».
Por otra parte, el doctor Lawson, quien se jubiló en verano del 2019, ha mostrado su «arrepentimiento de por vida» por haberle hecho un diagnóstico incorrecto al menor y no haber sabido ver la gravedad de su patología.
«No sabía que se trataba de una infección grave», ha señalado. «He admitido esta mañana que una parte de mi conocimiento y de mi experiencia no apreciaron que un hemocultivo positivo se debía tratar con tanta urgencia».
«Estaba equivocado, pero fui consistente. No me di cuenta de que tenía tanta importancia», ha vuelto a resaltar. «No me dieron ninguna indicación de lo que deberíamos haber hecho a través del informe de microbiología. Lo único que dijeron era que podía ser sepsis y que debíamos administrarle amoxicilina y que permaneciera en observación».
Por el momento, la investigación continúa abierta y los profesionales que la están llevando a cabo serán los que determinen si el doctor Lawson resulta culpable por el fallecimiento de Sheldon o no.