Los datos son demoledores. Según la Junta de Distrito del Ayuntamiento de Madrid, uno de cada cinco colegios públicos de la ciudad tiene en sus estructuras amianto. Las evidencias científicas demuestran que este mineral multiplica las posibilidades de tener cáncer, y esto ha desatado la preocupación entre padres y madres.
La cuestión vuelve a la actualidad a raíz de la batalla que está librando el partido Más Madrid en el ayuntamiento. Exigen al alcalde, José Luis Martínez-Almeida, que retire este material cancerígeno considerado prohibido en España desde 2020.
Según los datos aportados por el ayuntamiento, a petición de Más Madrid, al menos 57 centros de la ciudad tienen elementos de amianto. Pero aún quedan por confirmar otros 42 colegios, ya que ni Moratalaz ni Hortaleza han aportado datos concretos a la espera de informes que ofrezcan más certezas sobre su presencia.
El tema del amianto en los colegios viene de lejos, pero la lucha de padres y madres ha vuelto a tomar fuerza con la ofensiva de Más Madrid. Hace apenas unos días, el concejal Félix López-Rey hizo una memorable intervención en el pleno del ayuntamiento, que fue muy aplaudido por su vehemencia.
El concejal explicó que a menos de 100 metros de su puerta hay un colegio que tiene 2.050 metros de amianto: «Cuando veo a los niños y niñas pasar con sus mochilitas yo siento pena, tristeza, antes no lo sabíamos, no era culpa de nosotros, pero cada día sabemos más y no podemos dejar a esos niños y niñas».
En un discurso muy emotivo, Féliz apeló a la responsabilidad del equipo del gobierno, del Partido Popular: «No tendríamos vergüenza si no somos capaces todos de hacer algo más, está en juego la vida de los niños y las niñas». De forma más concreta, Más Madrid exige la limpieza de todo el amianto en verano, una vez finalizado el curso escolar.
Pero este histórico líder vecinal fue más allá, y prometió seguir luchando desde las calles si el equipo de gobierno no toma una decisión ya. «La vida me ha enseñado, después de más de 50 años en esta pelea por conseguir unos barrios mejores, que si no sales a la calle, si no gritas los problemas, nadie te hace ni puto caso».
Poco después de su intervención, el concejal mandó un mensaje al alcalde y a la presidenta de la comunidad, Isabel Díaz Ayuso, desde sus redes sociales: «Si en 48 horas no se comprometen por escrito a quitar el amianto cancerígeno de los colegios de Madrid, nos movilizaremos». Desde el partido Más Madrid han señalado que los padres y madres están asustados e indignados, al ver el mapa del amianto en los colegios.
El amianto, un material cancerígeno
El amianto es un material tóxico que se utilizó de forma generalizada en los años 60, 70 y 80 para construir tuberías y cubiertas a bajo precio. Este material resulta especialmente peligroso después de 30 o 35 años, cuando empieza a liberar partículas que resultan nocivas para el organismo humano.
El colegio más afectado es el Meseta de Orcasitas, en Usera, con más de 2.000 metros cuadrados construidos con uralita. En el centro, donde estudian unos 500 alumnos, no esconden su preocupación: «Somos un colectivo muy grande y muy expuesto, tenemos personas con cáncer en el colegio y nos preguntamos si es por esto».
La directora del centro, María Copado, trasmite su esperanza de que el ayuntamiento retire el amianto este verano. Las operaciones son complejas, ya que requieren una empresa especializada y aislar el entorno para evitar riesgos. Pero la Comunidad de Madrid se comprometió en 2018 a retirar este material de los colegios públicos, y a fecha de hoy, según organismos oficiales, aún hay como mínimo 57 centros con amianto.
Conflicto de competencias
En dos años y medio, la Consejería de Educación ha llevado a cabo tareas en 19 centros, además de otras obras de reforma cuyo número no se ha detallado. También tiene programadas 18 intervenciones más, aunque reconocen que no existen datos fiables de cuántas escuelas a día de hoy tienen amianto.
Desde el departamento madrileño de Educación aseguran que «la presencia de materiales con amianto en los locales o espacios de los lugares de trabajo no indica directamente una situación de riesgo, dado que el amianto no es un gas, un vapor o una sustancia radioactiva y sus fibras no se desprenden de forma natural».
Pero además, hay un conflicto de competencias. Una portavoz del ayuntamiento asegura que la competencia recae en la Comunidad de Madrid, y señala que la toma de decisiones requiere de un plan estatal y de una ley que traslade las directivas europeas que no existen a día de hoy. Mientras, los centros madrileños siguen esperando que empiecen las obras de retiro de este material, que preocupa cada vez más a la comunidad educativa.
La última sentencia sobre este asunto tuvo lugar, precisamente, hace unas semanas, cuando el Tribunal Supremo condenó a la empresa Uralita a pagar 2,3 millones de euros a los familiares de los trabajadores de una de sus fábricas en Barcelona. En la sentencia se ordena también la indemnización de los vecinos que vivían cerca, y que se vieron afectados por el polvo arrojado al entorno.