Montaje con foto de Mariano García Calatayud

Mariano, el jubilado español que ha caído en manos de los rusos en Ucrania

Realizaba labores humanitarias como voluntario y hacía días que sus familiares no sabían nada de él

Mariano García Calatayud es el primer ciudadano español que ha caído preso de los rusos en la guerra de Ucrania. Se trata de un jubilado de Carlet (Valencia) que llevaba siete años como voluntario en el país. Realizaba labores humanitarias y ayer se confirmó que había sido capturado por el ejército ruso.

Su familia estaba muy preocupada porque llevaba días sin responder a las llamadas y los mensajes. Varios testigos aseguran haber visto cómo se lo llevaban, y en las últimas horas han confirmado su detención. Mariano llevaba días manifestándose en Jersón (al sur del país) contra los invasores rusos.

Mariano García, conocido en Ucrania como ‘Mario’, cumplirá este año 74 años. Hace siete, al estallar la guerra de Crimea, viajó a Ucrania y se instaló con su pareja en la ciudad de Jersón. Hoy esta ciudad está tomada por el ejército ruso, y este jubilado español había participado activamente en las protestas.

Muy conocido en Ucrania

Mariano nació en Carlet hace 74 años y trabajó en una fábrica de pavimentos y en la brigada municipal de obras. Cuando estalló la guerra de Crimea en 2014 decidió dar un vuelco a su vida y alistarse como voluntario para realizar labores humanitarias. Solicitó la prejubilación y se marchó a Ucrania.

Foto de Mariano García Calatayud
Mariano acompañado por policías y militares ucranianos | Cedida

Su padre le había contado la dura realidad de los niños de la guerra civil española acogidos por familias ucranianas. Por eso decidió que había llegado el momento de devolverles tanta solidaridad. Tras un primer invierno durísimo en Ucrania, a 27 grados bajo cero, decidió que aquel era su lugar.

Mariano creó un Centro Humanitario de Ayuda a los Refugiados y se ganó el corazón de todos los ucranianos. Se enfrenta de manera valiente no solo al imperialismo ruso sino también a las mafias locales que se aprovechan de la situación. Eso le ha merecido la admiración y el respeto de todos.

Querían que volviera a casa

Desde hace años está acreditado como voluntario de guerra y trabaja sin descanso en la atención humanitaria. Desde su centro se cuida de conseguir alimentos, ropa de abrigo, material escolar y otras necesidades para la población civil. El pasado 24 de febrero se enfrentó al mayor reto de su vida.

La ciudad en la que vive, a orillas del mar negro, fue tomada por el ejército de Putin durante los primeros compases de la invasión. Desde entonces no ha dudado en sumarse a las protestas contra la invasión, con el riesgo que eso conlleva. Lo hacía convencido para “combatir la propaganda y la desinformación rusa”.

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Hace cosa de cinco días su pareja le perdió de vista y su familia perdió cualquier contacto con él. Su hermano, su hermana y su cuñado llevaban tiempo intentando convencerla para que volviera a España, pero no lo consiguieron. Al desaparecer se temieron lo peor, pero en las últimas horas llegaron buenas noticias.

España ha iniciado gestiones

Mariano no ha fallecido sino que ha sido apresado por el enemigo, lo cual abre una nueva esperanza. La Delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana ha sido informada y se han comprometido a iniciar las gestiones para traerlo a casa. El Ministerio de Asuntos Exteriores preguntará por lo ocurrido.

Foto de Mariano García Calatayud
Mariano se unió a la resistencia ucraniana contra Putin | Cedida

Este jubilado español no tenía pelos en la lengua ni miedo alguno, y cuando estalló la guerra llamó a Putin “señor de todas las guerras”. Su intención era quedarse en el país en un momento tan aciago, a pesar del peligro que corría. De hecho, él mismo predijo que acabaría siendo detenido por los rusos.

Mariano, colaborador de la resistencia ucraniana, declaraba esto hace unos días: “Estoy bien, no tengo miedo y no voy a moverme de aquí”. “Me han dicho que vendrán a por mí, porque soy un veterano de guerra español que ayuda a los ucranianos, pero no voy a marcharme”, aseguraba de forma premonitoria.