El pasado 10 de octubre falleció en Las Palmas de Gran Canaria María Casanova, oceanógrafa e investigadora en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. La joven, de 28 años, murió mientras realizaba submarinismo al quedar atrapada en uno de los camarotes del barco hundido que habían ido a ver. En la actividad participaron otros tres compañeros de María y el instructor, cuya empresa se investiga por posibles negligencias tanto en el material utilizado para la inmersión así como por el propio instructor.
La empresa ‘7 mares’ se encuentra en Las Palmas de Gran Canaria y se dedica a la práctica del submarinismo. El pasado sábado tanto María como otros tres compañeros habían quedado para realizar una inmersión en la zona trasera del muelle Reina Sofía, donde hay tres barcos hundidos.
El grupo de submarinistas quería bucear para ver el Soo Yang, un pesquero coreano que en 1990 se hundió al ser abandonado en el puerto. De hecho, el grupo ya había realizado esta actividad con anterioridad según ‘El Español’.
Así, el grupo se dirigió a la zona de inmersión con todo preparado para que la actividad pudiese dar inicio. Se sumergieron a 41 metros de profundidad y, cuando ya estuvieron en el interior del barco y ya había pasado una hora, tres de los cuatro miembros del grupo se dieron cuenta de que María no estaba. La visibilidad era mala, debido a la arena de las profundidades y no se dieron cuenta de que perdían a María.
Poco después vieron que se había quedado atrapada en un camarote en el que se había introducido. De la manera más rápida posible trataron de liberar a su compañera, pero no tuvieron éxito. A las 11.30 horas aproximadamente la persona que se había quedado en el exterior avisó a Salvamento Marítimo de lo sucedido y éstos avisaron a la Guardia Civil.
El rescate y la investigación
Varios componentes del GEAS (Grupo Especial de Actividades Acuáticas) y la Salvamar Nunki se dirigieron hacia el lugar indicado. Al sumergirse, los especialistas se percataron de las difíciles condiciones en las que se encontraban y, tras tristemente certificar el fallecimiento de María, se suspendió la operación de rescate hasta la mañana siguiente, cuando la luz pudiese ser un factor para rebajar los riesgos.
Al día siguiente, a las 11 de la mañana aproximadamente —24 horas después de que la joven y sus compañeros iniciaran la inmersión— los especialistas lograban extraer el cuerpo de María y trasladarlo hasta el muelle Wilson del Puerto, según ha explicado el medio ‘Las Provincias’.
Ahora, la investigación trata de dilucidar si ha sido un accidente o si ha tenido algún tipo de acción negligente tanto la empresa que contrató el grupo de submarinistas de María, como el propio instructor de la inmersión. Uno de los objetos más importantes a analizar son las bombonas de oxígeno que proporcionó la empresa a los contratantes.