La historia de Lourdes es de aquellas dignas de conocer en un momento como el actual. Sus dos hijos, de 17 y 15 años, se habían convertido en un tormento para ella por su mala actitud y su rebeldía. Un día, en una situación de desesperación, decidió cortar por lo sano para que escarmentasen.
La madre decidió echar a sus tres hijos de casa después de infinidad de discusiones. Los menores pasaron 26 días fuera de casa y Lourdes ha acabado declarando ante el juez.
Sus hijos no respetaban los horarios y no ayudaban en casa
Según cuenta El Español, los problemas en la convivencia familiar venían desde hacía mucho tiempo. Al parecer, los dos menores, de 17 y 15 años, hacían caso omiso a las directrices de su progenitora. Se saltaban el toque de queda, todavía vigente en el mes de agosto, y solo les importaba salir con sus amigos.
La situación de esta madre, residente en Los Alcázares (Murcia), tocó techo a finales del mes de agosto. El hijo de 17 años debía estar en casa a las 00:00; mientras que la menor, de 15, tenía un horario máximo hasta las 22:30.
Pero sus hijos llegaban tarde de forma reiterada y Lourdes ya no sabía cómo hacerles entender que en su casa había unas normas estrictas. Además, los jóvenes vivían enganchados a su teléfono móvil y no ayudaban en nada a su madre.
Ella combina dos trabajos para que a sus hijos no les falte de nada: es camarera y también limpia algunas casas. Y cuando llegaba a su casa, cansada después de todo el día trabajando, sus hijos no habían hecho nada.
El hijo mayor tampoco ayudaba a hacerles comprender a sus hermanos la situación, así que su madre acababa tomándola también con él. Al final, la convivencia era muy complicada en esa casa y el 27 de agosto saltó por los aires.
A su hija la pillaron robando artículos, presuntamente, en una cadena comercial. Lourdes la castigó sin teléfono móvil, y también a su hermano, el de 17 años, aunque se desconoce el por qué.
Echó a sus hijos de casa durante 26 días
Una fuerte discusión a raíz de estos castigos provocó que Lourdes perdiese la paciencia y decidiese cortar por lo sano. Puso en la calle a sus tres hijos y les incitó a buscarse la vida. La madre pensó que, si se veían en esa tesitura, entenderían lo delicado de la situación y su actitud cambiaría.
Lamentablemente para ella, eso no fue lo que pasó. Su hijo mayor se fue a vivir a casa de su novia y los dos menores se refugiaron en los domicilios de dos amigos suyos.
Pronto, el instituto de los niños puso estos actos en conocimiento de los Servicios Sociales. Y entonces aparecieron también la Guardia Civil, la Policía Local y la Justicia. Lourdes fue acusada de un delito de abandono de menores que duró hasta 26 días.
La hija estuvo todo ese tiempo viviendo con una amiga. El otro hijo menor alternaba noches con su hermano y su novia con otras noches junto a su amigo sin que se enterasen sus padres. Al parecer, incluso llegó a dormir en la calle, perdiendo así su documentación y móvil por un robo.
Cuando comenzó el curso, Lourdes ya estaba dispuesta a readmitir a sus hijos en casa. Se presentó en el colegio para recoger a su hija y volver a casa con ella, pero ella se negó. De hecho, corrió hacia el centro y denunció su situación ante la Dirección y algunos profesores.
La Policía entrevistó a los menores y a la madre, que confirmó que había echado a sus hijos de casa. Varios días después, Lourdes fue detenida por un presunto delito de abandono de menores y fue puesta a disposición del juzgado.
La madre se defiende para El Español explicando que "sus hijos no han estado en la calle un mes" y que ella "sabía en todo momento dónde estaban". Explica que no fue detenida, sino que ella misma acudió ante la Guardia Civil a declarar voluntariamente.
Y añade que cree que todo es "una rabieta de sus hijos". De hecho, ha anunciado acciones legales contra el instituto por avisar a la Policía y entrometerse en la situación.