Se descubre la incógnita y finalmente, los restos óseos hallados hace dos meses en Asturias pertenecen al joven gallego Fiz Patiño Rubal, de 23 años. El chico llevaba en paradero desaparecido desde el pasado 16 de septiembre en la localidad coruñesa de Narón.
Tras jornadas de análisis e investigación por parte de los agentes de la policía, la identidad del joven ha sido confirmada por el análisis de ADN.
Una hipotermia, como posible causa de la muerte del joven
Lo cierto es que desde un principio la desaparición levantó algunas sospechas, especialmente basadas en testimonios de varios vecinos que aseguraron haberle visto por la zona, tanto en Alguerdo como también en el pueblo de Bustelo aquel día y que la descripción se ajustaba totalmente a la del gallego de 23. Con una altura de 1,80 metros, pesaba unos 80 kilos, con el pelo castaño ondulado y los ojos azules.
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Por el momento no han trascendido muchos detalles sobre la investigación, solamente que el joven habría llegado a Asturias desde Lugo, y caminaba posiblemente dirección León. En referencia a las causas de la muerte, desde un primer momento se barajó la posibilidad de una hipotermia.
La familia del fallecido está completamente consternada ante el desenlace y, a modo de desahogo, ha publicado una esquela en la que incorpora un poema y un mensaje de lo más emotivo de despedida:
«... eu kero fluir também,
cruzar ríos, percorrer caminhos,
conhecer xentes, xoghar co lume,
durmir coas estrelas como único tellado
Amoriño, te queremos.»
Una pérdida muy difícil
Hasta el momento, el cadáver del joven tal y como ratifica la autopsia, no presenta signos de violencia y por la posición del cuerpo en la que fue encontrado, se descarta la idea de que hubiese sufrido un accidente. Así mismo, cuando se localizó el cuerpo de la víctima se recogieron muestras de ADN para su comparación con las de sus familiares y así poder identificarle desde un primer momento, aunque todos apostaban de que se trataba de Fiz Patiño Rubal, de 23 años.
Lamentablemente una gran parte del cuerpo fue devorado por los animales después del fallecimiento. Fueron una pareja de viandantes los que, paseando por los aledaños, vieron una mochila y los restos humanos a poca distancia. Al lugar de los hechos se personaron ese mismo día los agentes de la Guardia Civil, también lo hicieron los operarios de la funeraria, que se hicieron cargo de la recogida de los restos y de su traslado al Instituto de Medicina Legal de La Corredoria, en Oviedo, lugar en donde se practicó la autopsia y se tomaron las muestras necesarias.
Los agentes y así como el resto del personal cualificado y al mando de la búsqueda, desde el hallazgo de los restos, sentían con gran probabilidad de que pudiera tratarse del joven gallego Fiz Patiño, desaparecido el pasado 16 de septiembre en la localidad coruñesa de Narón. Meses después, desde el pasado noviembre, la Benemérita de Asturias se sumó a la búsqueda del joven y realizó distintas batidas.
Por otro lado, a la búsqueda también se unió el Cuerpo Nacional de Policía del Ferrol, que solicitó la colaboración a la Comandancia de Oviedo, ya que se sospechaba que podría haber llegado al concejo de Ibias. Puesto que cuando el joven abandonó su domicilio de Narón, avisó que iba a un evento en Lugo. Nunca más volvió a dar señales de vida y entonces saltaron todas las alarmas, ya que se trataba de una persona que precisaba de medicación. Vecinos de la zona y del municipio del sur occidente asturiano afirmaban haber visto al muchacho caminando.