Amanecía un domingo completamente soleado, con las terrazas de los bares abarrotadas de gente y los agentes de la policía vigilaban que todo trascurriese con normalidad.
Horas más tarde, a las 23.00 de la noche y quedando apenas una hora para que concluyese el estado de alarma, muchas personas, sobre todo público joven de distintas zonas de España, utilizaron esos minutos para reunirse y después ‘celebrar’ con botellones en las calles el fin de las restricciones de movilidad impuestas como consecuencia de la actual pandemia de la covid-19.
Lo que estos agentes no pudieron evitar fue que cientos de clientes que desalojaban las terrazas de los establecimientos se congregaran de forma masiva en varias zonas de Madrid capital, como la Puerta del Sol, lugar en el que la Policía Municipal realizó más de 450 intervenciones, la plaza Dos de Mayo o la de Chueca, al grito de «libertad», consumiendo alcohol en grupos de más de seis personas y sin respetar ni guardar la distancia interpersonal.
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A juzgar por las imágenes que no han tardado nada en difundirse por las redes sociales y causar total crispación al todavía situarnos inmersos en plena pandemia, la misma situación se repitió en otras zonas como en las playas de Barcelona en donde la Guardia Urbana desalojó a unos 6.500 jóvenes, el paseo de Lluis Companys, el de Gracia o bajo el Arco de Triunfo.
Precisamente allí, el grito característico era el de «¡Se acabó el Covid!», y los jóvenes, con botellines en mano, bailaron agolpados y sin mascarillas.
Las opiniones acerca de este panorama tan inesperado no han tardado en llegar, Daniel López Acuña, epidemiólogo y exconsejero de la OMS en una entrevista a Telemadrid ha argumentado que «tenemos una incidencia muy alta todavía", de 200 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, y «la vacunación no es suficientemente amplia».
Así mismo, también ha explicado que «no estamos en el momento para tomar las medidas de relajación de las restricciones».
Fin del estado de alarma
Tal y como era de esperar, a las 00.00 horas del domingo 9 de mayo finalizaba el estado de alarma y, con él, regresaba la libre circulación y las reuniones entre personas.
Hasta ahora, tan solo Baleares y la Comunidad Valenciana han logrado prorrogar el toque de queda, y por ello fueron de las pocas zonas en las que no se vieron ni tampoco vivieron las masificaciones nocturnas tan inadecuadas tras la caída del decreto.
Por su parte y tras lo sucedido, José Luis Martínez-Almeida, el popular alcalde de Madrid, explicó que «hay que seguir respetando las normas», no solo las decretadas por la pandemia, sino también «las reglas de convivencia básicas» porque "la libertad no consiste en hacer botellones». «No puede haber botellones, los vamos a seguir persiguiendo, vamos a poner los medios que haga falta».
Por parte del PSOE de la capital, intentaron quitarle hierro al asunto y por ello, Pepu Hernández, su portavoz en el Ayuntamiento de Madrid, consideró que «hasta cierto punto» las aglomeraciones son normales, ya que los ciudadanos están muy cansados por la situación, aunque también ha aprovechado para recordar que la situación «tampoco ha cambiado excesivamente».
Salvador Illa, el líder del PSC en el Parlament catalán, también ha querido sumarse a la avalancha de opiniones variopintas resaltando que la declaración del estado de alarma fue «algo excepcional» y «no podemos vivir permanentemente con una limitación de nuestros derechos y libertades», aun así, no dudó en pedir máxima responsabilidad.
Uno de los rostros que por el momento no se ha pronunciado y que por ello más ha llamado la atención, es el actual Presidente del GobiernoPedro Sánchez, que sí que tiene previsto ir al Congreso durante estos días para explicar los planes dentro de la legislatura.