Luto en el mundo científico y universitario por la muerte prematura de Alfonso Gracia Saz, profesor de matemáticas en la Universidad de Toronto. Gracia Saz era de Zaragoza, tenía 45 años, y ha muerto por coronavirus. Según han desvelado en su propio entorno, estuvo en contacto con un positivo y poco después desarrolló la enfermedad.
Alfonso Gracia Saz era toda una eminencia en el campo de la matemática y había sido distinguido hace poco por la Sociedad Matemática Canadiense. Estaba vinculado desde hacía años con Canadá, país donde ejercía su profesión y que este año había le había premiado por la excelencia en sus trabajos e investigaciones.
La sociedad matemática había hecho énfasis en la innovación de los métodos que había desarrollado para la docencia de las matemáticas. La noticia de su muerte ha causado un gran impacto en España, su país natal, pero también en Canadá. La página web de la Universidad de Toronto y las redes sociales se han llenado de mensajes de condolencia.
Gracia Saz contaba con un coeficiente intelectual privilegiado que le había llevado a consagrar una trayectoria brillante. Estudió en el Instituto Goya y se licenció en Matemáticas por la Universidad de Zaragoza en el año 2000. Lo hizo en la especialidad de Matemática Pura, y un año después se licenció en Físicas, en la especialidad de Física Fundamental. Además, lo hizo de forma brillante y recibió el primer Premio Nacional Fin de Carrera en cada una de las dos disciplinas.
La gran capacidad intelectual de este zaragozano quedó demostrada en la V Olimpiada Española de Física, celebrada en Valencia de 1994. Alfonso Gracia Saz participó con solo 18 años y obtuvo el primer puesto, con el que ganó un billete para la final internacional celebrada el mismo año en Pekín. Su pasión por los números venía de mucho antes: con 14 años, en el colegio, presentó una teoría sobre los números primos que sorprendió a sus profesores por la precocidad de su genio.
De Zaragoza a Canadá
Su formación le llevó a estudiar un doctorado en el Departamento de Matemáticas de la Universidad de California, en Berkeley (Estados Unidos). Su gran proyección le granjeó el apoyo de las instituciones, y logró becas de La Caixa y del ministerio de Educación para culminar sus estudios de posgrado. Además, Gracia Saz estuvo investigando en el Instituto de Matemáticas Jussieu, en París, y después de sacarse el doctorado, en 2006, trabajó en la Universidad de Keio en Yokohama, Japón.
Fue entonces cuando le llegó la oportunidad de su vida, con la posibilidad de trabajar en la prestigiosa Universidad de Victoria, en Canadá. Con un currículum envidiable, Gracia Saz se incorporó como profesor en el centro universitario canadiense, para luego convertirse en coordinador del departamento de divulgación y educación en el Instituto de Matemática del Pacífico. Allí pudo empezar a desarrollar sus investigaciones a la vez que ponía en práctica sus innovadores métodos para la enseñanza.
Maestro voluntario en la prisión
El zaragozano dominaba el inglés y el francés a la perfección, y también tenía conocimiento de alemán. Su gran pasión era la docencia, y además de su dilatada experiencia como docente en universidades, trabajó como maestro voluntario en la prisión estatal de San Quintín. Allí fue mentor y coordinador académico del USA Mathcamp. La noticia de su muerte ha supuesto un duro golpe para la comunidad docente estadounidense.
Alfonso Gracia Saz ha podido dedicarse a lo que más le gustaba en su vida, los números y la docencia. Pero el coronavirus ha segado la trayectoria de este genio de las matemáticas que ha dejado, sin embargo, una huella imborrable en las generaciones futuras. Su innovación metodológica quedará ahí, para los jóvenes matemáticos que vienen, mientras sus compañeros de profesión lloran su muerte.
«La Sociedad Matemática Canadiense está extremamente apenada por la noticia de la muerte de Alfonso Gracia Saz. El doctor Saz acababa de recibir en verano el premio de excelencia y docencia de la CMS 2021». Así reza el mensaje de condolencia de la CMS que están publicando muchos de sus compañeros en las redes sociales.