Sanitaris a les portes d'un hospital, amb mascaretes i equips protectors, mentre els pacients fan cua fora de l'edifici

¿Funciona el cierre estricto de Lleida frente al rebrote? Los datos hablan

La comarca de El Segrià sufre el confinamiento más duro pero sigue teniendo la mayoría de nuevos contagios

Sanitarios a las puertas de un centro de atención primaria en Cataluña
Cataluña vive una situación límite que puede llevar al confinamiento total | TVE

Hasta ahora, las autoridades sanitarias confiaban en las medidas de prevención como el uso de mascarilla y el distanciamiento social como herramientas suficientes para mantener el Coronavirus a raya. Sin embargo, el descontrol de algunos rebrotes ha obligado a imponer los primeros confinamientos después de la caída del estado de alarma. 

El confinamiento es la medida que todos los gobiernos quieren evitar porque perjudican a la economía, pero también se ha demostrado como la herramienta más eficaz para cortar de raíz los contagios. En Lleida, sin embargo, los datos demuestran algo diferente.

El rebrote de Lleida, concentrado en la comarca de El Segrià, ha sido uno de los peores en toda España, algo que obliga a dar pasos atrás en la desescalada y volver a imponer el cierre estricto. Sin embargo, la curva de contagios no se doblega. El departamento de Salud confirmó ayer 205 nuevos positivos y cuatro fallecidos más.

Lo más alarmante es que en la comarca con el confinamiento más estricto de toda España, el augurio no anima a la esperanza. Fuentes sanitarias alerta de que esa región ha entrado en la semana más crítica de esta recaída en la era de la nueva normalidad.

Hace una semana se habilitó una carpa anexa del SEM junto a ese centro para atender y seleccionar a pacientes sospechosos de ser positivos. Allí se han llegado a atender en un sólo día hasta 600 personas, lo que es un indicador significativo de que el virus está desatado a pesar de las duras medidas restrictivas que sufre la población.

Allí, la actividad de los profesionales es frenética. Se trabaja sin descanso en dos turnos desde las ocho de la mañana hasta la medianoche. Pilar Vaqué, coordinadora del equipamiento médico, explicó ayer que llegan dos tipos de casos. En Prat de la Riba se atiende a pacientes derivados de los centros de atención primaria, pero también a ciudadanos que se desplazan a ese centro sin prescripción médica al sospechar que están contagiados.

La mayoría presentan sintomatología leve y, de momento, se mantiene la media de edad entre 20 y 40 años de esos ciudadanos que acuden por su propio pie para que les hagan un test. La tendencia no se cumple con los ingresos hospitalarias, donde se detecta todo lo contrario: la edad de los pacientes es más alta, y los sanitarios temen volver a vivir lo de marzo y abril.

Cerrado el negocio de la restauración

En esa carpa se realizan también una veintena de ecografías al día para detectar neumonías que requieren hospitalización inmediata. La doctora Vaqué asegura que el dispositivo está preparado para atender la avalancha de pacientes de los últimos días y soportar más presión.

Este ocurre en una comarca con siete municipios, incluida la capital de provincia, Lleida, con el perímetro confinado y el negocio de la restauración cerrado. La esperanza de las autoridades es que esas estrictas medidas sirvan para bajar los contagios. 

Algo que, de momento, no ocurre, ya que 177 de los nuevos positivos declarados ayer en toda la provincia de Lleida se han detectado en el Segrià, mientras que otros 15 se han detectado en la Noguera, comarca también confinada aunque sin cierre de la restauración. Alcaldes del territorio se reunieron con el presidente catalán, Quim Torra, que les pidió remar junto para superar la situación de extrema gravedad.