Un ex legionario del Tercio Gran Capitán lleva unas dos semanas en el frente de guerra en Ucrania. J.L.C., de 42 años de edad, fue cabo primero en la Legión y sirvió durante 13 años como francotirador. Ahora se halla en medio del conflicto ruso en Ucrania ejerciendo de soldado para una empresa de seguridad privada.
En una conversación telefónica con La Razón, ha contado que su última misión se ha producido en la ciudad de Irpin. La intervención ha durado tan solo unas horas y se ha integrado en un equipo con cinco ex militares.
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"Me parece injusto lo que está sucediendo", lamenta. Y es que asegura que solo participa en la guerra para proteger a los civiles. "He encontrado hasta explosivos en peluches, en cajas de alimentos con el símbolo de la Cruz Roja. Totalmente surreal. Lo que he visto es increíble".
"He estado con la Legión en varios destinos, esto no me viene de nuevas. Pero aquí ves cosas... Procuro no darle muchas vueltas, pero es que el día a día que vivo no tiene sentido", confiesa el francotirador.
Afirma que se ha visto sorprendido por la brutalidad del conflicto. "Todos actúan de una manera inhumana con civiles de por medio".
Sueldos por intervenir en el conflicto
J.L.C. ha querido destacar la presencia de agencias privadas de seguridad en Kiev. "Aquí no he visto milicias de civiles armados. Lo que hay son empresas militares de muchos países, incluida Ucrania. Te hace una entrevista un mando, te conocen, te hacen fotografías", explica.
"Ellos montan equipos de seis personas y, si eres la carta de la baraja que les falta, te contratan".
El ex legionario ha contado que no tenía ninguna intención de cobrar dinero por su intervención en el conflicto ucraniano, pero terminó firmando un contrato con una empresa americana. "Así es como funcionan las cosas".
No obstante, ha querido desmentir algunas de las falsas creencias. "No llegas, te dan un arma y te pones a pegar tiros. Es falso", advierte. "Tienes que tener contactos con alguien de la base del Ejército".
Lo que no ha confesado ha sido la identidad de su empleador ni el sueldo que le ingresan cada quince días. "No pagan lo mismo a un paramédico que a un francotirador", avisa. La cifra depende claramente de la tarea y de la cualificación. Además, hay 'pluses'. "En mi caso, son 300 dólares por hombre abatido".
A pesar de todo, el ex legionario ha confesado que "no compensa estar aquí ni lo que haces. Por mucho dinero que te paguen. Más que nada porque hay que estar muy bien psicológicamente para hacer esto y ver lo que ves".
Pero insiste en que la moral no existe. "Es un tema de supervivencia. O tú o yo, no hay más (...) Si yo dudo soy el que se va bajo tierra".