Josefa se fue de su casa en plena noche, con la ropa de dormir puesta, y nunca más volvió. La mujer, de 76 años, tenía Alzheimer, aunque no estaba avanzado, y se sospecha que ese día se desorientó y se marchó de casa.
Desde entonces su familia, con ayuda de las autoridades especializadas, la han estado buscando, pero no se ha sabido nada más de ella.
Josefa Padilla sufrió las duras consecuencias de una enfermedad incontrolable que, por desgracia, la llevó a salir aquella noche sola de casa y sin saber a donde iba.
Las personas que la estaban cuidando aquella noche no se percataron cuando salió del hogar y, para cuando vieron que la mujer no estaba en la casa, ya fue tarde. Sucedió en la localidad andaluza en El Cortijuelo, en Jaén.
- También puedes leer: Martín Núñez, el futbolista de solo 20 años fallecido de camino a un partido
El Alzheimer acabó con la vitalidad de Josefa
Según algunos familiares han explicado, en declaraciones recogidas por el Diari de Girona, Josefa había sido siempre una mujer muy activa.
Desde muy pequeña había trabajado y nunca paró de hacer cosas. Fue hasta que el Alzheimer le paralizó un poco su rutina y poco a poco fue dejando de ser la que era.
Una de sus hijas recuerda: "Tuvo seis hijos. Vivió y se forjó en el campo. No dejaba de trabajar. Cuidaba sus padres, su suegra". Explica la mujer que era ella quien se encargaba de la casa y todas las cosas que había que hacer. Nunca había necesitado ayuda.
Sin embargo, en 2014 todo cambió. Josefa empezó a actuar de formas un tanto extrañas. Sus seres más cercanos lo notaron en pequeñas cosas como sabores raros en la comida, dejarse la ropa sucia o cosas similares.
Tras visitar a los médicos a la mujer se le diagnosticó Alzheimer. Sin embargo, como han explicado sus hijos, nunca había mostrado síntomas graves de la enfermedad.
"Nos conocía a todos. Conocía a la gente. Lo que más había cambiado es que su vida se volvió sedentaria. Había que obligarla a caminar, a salir".
Así pues, nada hacía pensar que la mujer pudiera tener un episodio tan fatídico como para desorientarse en plena noche, salir de la casa, y no volver.
Sin embargo, un cambio en la rutina de Josefa podría haber desencadenado el suceso, según explican sus familiares. Al parecer, ese día la familia había tenido un día diferente.
"Mi padre había sido ingresado cuatro días en el hospital. Él era el cuidador principal. Le dieron el alta el día 2 de septiembre. Se trastornaron un poco sus hábitos. Fueron a Jaén, a una hora de camino, en casa de su hermana. Recogieron a mi padre y los llevaron a casa".
Por lo tanto, pudo ser ese el motivo de su desaparición. La mujer podría haberse despertado en medio de la noche sin saber dónde se encontraba. Salio con lo puesto de casa, la ropa de dormir y unas zapatillas, y ya no la volvieron a ver.
Según ha explicado la hija de Josefa, ese día era su hermano quien la cuidaba, uno de los hijos de la mujer. Se levantó a las seis de la mañana para ir a trabajar, tras haber pasado la noche allí, sin embargo, cuando fue a la habitación de su madre, ya no estaba.
De inmediato se inició un dispositivo de búsqueda. En él participaron decenas de vecinos, así como efectivos de la Guardia Civil y el 112, pero nunca la encontraron.
Algunas de las hipótesis apuntan que la mujer pudo caminar hasta el río, pues hasta allí la rastrearon los perros de búsqueda. Tras ello no se sabe lo que sucedió, pudo caer al agua o pudo marcharse hacia otro lugar.