Jordi es un español de 51 años que pasó cuatro meses ingresado en la UCI por una complicación del coronavirus. No tenía patologías previas, pero eso no evitó que la enfermedad se ensañase con él y destrozase sus pulmones. Por ese motivo, se ha convertido en la primera persona de nuestro país en necesitar un trasplante de pulmón para seguir viviendo.
El hombre se infectó de coronavirus durante el mes de enero del 2021, en plena tercera ola de la pandemia. Aunque no tenía patologías, su estado empeoró y acabó siendo trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital de Bellvitge.
Allí estuvo cuatro meses ingresado y respirando con el apoyo de máquinas debido al estado en el que habían quedado sus pulmones. Cuando mejoró, unos especialistas del Hospital Vall d'Hebron le visitaron para valorar si podía ser candidato para un trasplante. La Información ha recopilado su historia para mostrar a la población que no solamente los mayores y enfermos son susceptibles a este tipo de casos.
Jordi tenía los pulmones destrozados por la COVID
Sus pulmones estaban destrozados y Jordi no podía respirar por sí mismo. Afortunadamente para él, la familia de un fallecido aceptó donarle el pulmón y pudo recibir el trasplante enseguida.
Alberto Jáuregui, jefe de cirugía torácica y trasplante de pulmón del hospital, ha explicado como fue la operación. Fue más complicada de lo normal en debido al estado de sus pulmones y a la inflamación que tenía.
"La cirugía fue bien, en pocos días se le pudo retirar el ECMO —máquina que sustituye la función pulmonar—", explica. Después de 122 días conectado a las máquinas, tras la operación, los médicos pudieron desconectarlo. Pocos días después se le retiró también el oxígeno.
Doce días tardó Jordi en poder volver a hacer ejercicio. Jáuregui ha explicado que empezó a hacer bicicleta mientras todavía estaba ingresado en la UCI. En total, el paciente ha pasado 127 días ingresado en Cuidados Intensivos y ahora mismo sigue ingresado, pero en planta.
"En una semana o poco más" estará listo para volver a casa, según ha explicado el jefe de cirugía.
De momento, los médicos no entienden por qué el coronavirus llega a cebarse tanto con personas que ni siquiera tienen patologías respiratorias previas. Reconocen que hay ciertos factores de riesgo para ello, como la obesidad o estar inmunodeprimido. Pero Jordi no cumplía ninguno de ellos.
El trasplante de pulmón era la única opción para Jordi
Judit Sacanell, doctora referente en trasplante pulmonar, ha explicado que con Jordi "no había otra opción". Sus pulmones ya no tenían la capacidad para recuperarse solos, así que era el "candidato ideal" para recibir un trasplante.
La doctora admite que seguramente habrá más casos como Jordi, aunque no vayan a ser la norma. El coronavirus tiene la capacidad de llevar al límite los pulmones de los infectados, hasta el punto de no retorno en algunos casos.
Pero el hecho de que ya se haya dado el primer paso de trasplante para un paciente COVID abre la puerta a más. Para Sacanell, es "una puerta de esperanza" para otras personas que no puedan recuperarse por sí mismas de la enfermedad.
El doctor Carles Bravo, coordinador del programa de trasplante pulmonar del servicio de neumología, opina lo mismo. Cree que implantar un nuevo órgano puede ser "la única opción de salvación" para algunos pacientes, especialmente si son jóvenes. De momento, todo indica que los pacientes trasplantados tras haber sufrido COVID tienen los mismos porcentajes de supervivencia.
Carme Vallès, supervisora de enfermería en la coordinación de trasplantes, ha destacado también a la familia del donante. Ha querido agradecerles su "generosidad" en un momento "de máximo dolor". Y recuerda que, por mucha tecnología que se tenga, "si no hay donante, no hay trasplante".