Una mujer embarazada se vio obligada a pedir ayuda por el balcón de su casa después de ser víctima de malos tratos. Los hechos ocurrieron el pasado martes, 13 de julio, en la ciudad de Elche, en Alicante.
Allí, la mujer llevaba dos días siendo retenida por su pareja contra su voluntad. El hombre la mantenía encerrada en una habitación de su domicilio y no la dejaba salir de casa. Ante esta situación, la mujer solo pudo pensar en lanzar una nota por el balcón y esperar que alguien la encontrase.
Sobre las 19:15 del martes, un peatón que paseaba por la calle se encontró la nota sobre la acera. Al leerla entendió que una mujer estaba pidiendo ayuda, así que llamó a la Policía Local para informarles de lo que pasaba.
Cuando los agentes llegaron y leyeron la nota, empezaron a inspeccionar los alrededores. Los policías buscaban alguna pista que les indicase desde dónde pudo llegar esa nota y no tardaron mucho en encontrarlo. Al mirar hacia arriba, una mujer empezó a hacerles señas discretamente desde un balcón.
Los agentes subieron al domicilio y llamaron a la puerta. El hombre, de unos 32 años, fue quien les abrió y les indicó que había tenido una discusión con su pareja en voz alta.
Ella, en cambio, cuando la Policía le tomó declaración indicó que estaba siendo víctima de malos tratos físicos. También les explicó a los agentes que llevaba 48 horas incomunicada, dentro de una habitación sin poder salir ni hablar con nadie.
Ante esta situación, el presunto agresor fue detenido y trasladado a dependencias policiales.
Llaman a la Policía por una agresión y la víctima acaba insultando a los agentes
El del pasado martes no es el único caso de violencia de género que se convierte en noticia en la provincia de Alicante. Hace unos días, la Audiencia Provincial condenó a una mujer por increpar a los policías que fueron a ayudarla en un caso de malos tratos.
Según quedó especificado durante el juicio, los hechos ocurrieron la madrugada del 23 de julio del 2017, hace casi cuatro años. La condenada se encontraba de fiesta en la zona de ocio del puerto de Alicante con su pareja.
En un momento de la noche, el hombre agredió a la mujer, por lo que los vigilantes de seguridad llamaron a la policía. Cinco agentes de la Policía Nacional se personaron en el lugar de los hechos para solventar la situación.
El sospechoso, con actitud agresiva, fue retenido por los vigilantes hasta que llegaron los policías. Según la sentencia de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, los agentes iban debidamente uniformados al detener al agresor.
Aun así, la víctima de la agresión, con "una herida sangrante en la barbilla", se enfrentó a los policías. La mujer increpó a los agentes mientras negaba que su lesión hubiera sido provocada por el detenido. Ella aseguró que se había caído de forma accidental.
La víctima se opuso frontalmente a las indicaciones que recibió de las fuerzas del orden. De hecho, llegó a forcejear con una de las agentes porque no quería alejarse del detenido. Como resultado, la agente presentó una contusión en el codo y "dermoabrasiones en las manos" que tardaron cuatro días en curar.
La mujer acabó acusando a los agentes de usar una fuerza "desproporcionada" durante la detención. Pero la sentencia establece que estas acusaciones no quedaron debidamente acreditas.
De esta forma, condena a la mujer a una multa de seis euros durante ocho meses por resistencia grave a los agentes de autoridad. Además, también la multa con otros 40 días de multa por un delito de lesiones leves. La condenada también deberá indemnizar a la agente a la que hirió con 160 €.