Joan Pons, el español que forma parte del ensayo clínico con humanos de la vacuna de la Universidad de Oxford, conmovió a todos al reconocer que al principio le avisaron de que podía morir. Ahora, vuelve a dar detalles de su experiencia y cuenta por qué lo hace: «He visto el horror en el pico del virus, la vida de mis pacientes de me escapaba de las manos».
Joan afirma que «por ese odio que le tengo al Covid-19» se hizo voluntario de los ensayos. Dice que «quería poner mi grano de arena en esa batalla» y que era más lo que podía ganar que lo que podía perder.
Este sanitario llegó al Reino Unido hace 20 años. Desde entonces ha ido progresando en la sanidad pública inglesa hasta llegar a gestor enfermero especializado en proyectos informáticos, en la ciudad de Sheffield. Al conocer el proyecto de la Universidad de Oxford no lo dudó, a pesar de los problemas que esto le acarreó, también familiares.
Cuando se lo contó a su mujer estuvo tres días sin hablarle, cuenta, pero asegura que ahora ya lo ha entendido y le apoya en todo. Uno de los requisitos para ser candidato al experimento es no haber contraído el virus pero estar en contacto directo con él. Este es su caso.
El 5 de junio le pusieron la vacuna y afronta con optimismo el proceso. Lo hace, dice, «porque quiero empezar 2021 con abrazos, quiero abrazar a mis padres y a todo el mundo». Por ahora todo marcha bien, explica, a pesar de no esconder su preocupación al conocer los posibles efectos secundarios.
«Me dijeron que en casos muy extremos podía sufrir un shock anafiláctico y la muerte», afirma, y confiesa que «casi me levanto y me voy corriendo». Si se quedó, es porque logró ponerlo todo en perspectiva: «Si vas a comprar una aspirina a la farmacia también te pone de todo en el prospecto, pero la probabilidad de que termine pasando algo es muy pequeña».
Un tiempo después, asegura que le han hecho un chequeo para ver cómo está y un análisis para ser si ha desarrollado anticuerpos y cómo está su sistema inmunitario. Por ahora todo va bien, confirma: «Ha pasado un mes y no me ha pasado nada, y normalmente si pasa algo es en los primeros días».
Mirar al futuro con esperanza
Joan Pons asegura que no ha cobrado un solo duro por hacerlo y envía un mensaje cargado de optimismo: «Lo he hecho porque soy altruista y porque no quiero que 2021 sea tan malo como 2020. No quiero que este virus dicte el futuro de la humanidad, quiero volver a tomar las riendas y mirar al futuro con esperanza y alegría».
Joan Pons ya explicó su experiencia hace un mes con motivo de su inicio en los ensayos. Por entonces, sus declaraciones no eran tan positivas, ya que reconoció haber sufrido episodios de fiebre e incluso un desmayo al llegar a casa, tras recibir las primeras dosis.
Aun así, ese sanitario español que forma parte de uno de los proyectos llamados a encontrar la vacuna definitiva contra el coronavirus nunca ha escondido sus verdaderas intenciones, luchar para erradicar la enfermedad. Eso le convierte en uno de los héroes anónimos que también dejará de si esta pandemia cuando desaparezca.