España se enfrenta a partir de hoy al momento clave en la evolución de la pandemia: del éxito o el fracaso en la reapertura de las fronteras dependerá el futuro de la «nueva normalidad». Y no es un secreto que incluso el propio Gobierno está asustado con lo que pueda pasar ante la llegada de los turistas. Pero el primer país en desmarcarse ha sido otro: Italia.
Allí, el gobierno de Giuseppe Conte ha decidido imponer mesuras más rígidas de las fijadas por la Unión Europea para reabrir la fronteras este miércoles. Tras el infierno sufrido por ese país durante los meses pasados, ahora imponen una línea de «máxima prudencia».
El gobierno italiano votó a favor de dar vía libre a abrir las fronteras para una lista de 15 países extracomunitarios. Sin embargo, el temor a un nuevo rebrote le ha llevado a aprobar una ordenanza para que siga siendo obligatoria la cuarentena de 14 días y la vigilancia sanitaria para todos los ciudadanos procedentes de países fuera del área Schengen.
Esto incluye los 15 países considerados como seguros en la lista aprobada por la UE tras una complicada negociación. Según el ministro de Sanidad, Roberto Speranza, el riesgo de que llegue una nueva ola de contagios desde el extranjero es aún demasiado alto.
Italia conoce este riesgo y ha decidido curarse en salud. El país suma 34.767 muertes desde el inicio de la pandemia, y en el gobierno italiano son conscientes que «la situación global sigue siendo compleja». Por eso aseguran que quieren evitar frustrar los sacrificios de los italianos estos meses, y esto justifica la decisión de mantener la cuarentena para los turistas.
Ahora, otros países podrían seguir el camino de Italia. Por ejemplo, aquellos países que se abstuvieron en la votación y que se prevé que aprueben medidas más restrictivas: Austria, Bulgaria, Portugal, Polonia, Chipre, Bélgica y Eslovenia.
La restricción fijada por el gobierno italiano plantea ahora un interrogante que pone en cuestión el espacio Schengen: ¿Cómo lo harán los países que, como Italia, exijan la cuarentena a los extracomunitarios que han entrado en otro punto de la Unión Europea sin restablecer los controles fronterizos?
Es decir, cualquier persona que llegue a otro país de la Unión Europea podría entrar en Italia moviéndose por otras zonas del área Schengen. Se presenta así la dificultad de respetar las reglas para los extracomunitarios, en especial los 14 días de cuarentena.
Nuevas normas
En ese sentido, el ministerio del Interior está elaborando una serie de normas para evitar que se salten las restricciones. Por ejemplo, será obligatorio indicar en el aeropuerto de salida extracomunitario el domicilio en el que se piensa hacer la cuarentena. En casos extremos, Protección Civil podrá fijar un lugar adecuado.
La comunidad sanitaria y científica en Italia aplaude la medida de su gobierno, pero es evidente que tendrá también repercusiones en el turismo. La prohibición de la llegada de turistas de Estados Unidos y Rusia ya ha supuesto un mazazo para ese sector, que ahora ve difícil que un turista de los 15 países autorizados vaya a Italia si sabe que tiene que pasar 14 días aislado.
La federación de albergues en Italia, Federalberghi, advierte que sin turistas de Estados Unidos y Rusia, que tienen mucha capacidad de gasto, o sin los brasileños, principales clientes en destinos como Capri, al turismo italiano le faltará oxígeno. Estiman que el 30% de los alojamientos no abrirán.
Pero la drástica decisión del gobierno se apoya en la alarma sobre la llegada de ciudadanos extracomunitarios infectados por Coronavirus. Estos pudieron entrar por razones de estudio, trabajo, familiares o urgencia, pero según los test tenían una carga viral más alta que el promedio. Ante eso, Italia ha decidido blindar sus fronteras.