Isabel Díaz Ayuso ha confirmado este martes, 10 de noviembre, que ha vuelto a dar negativo por coronavirus en el resto de pruebas que se hizo después de que un colaborador, contacto estrecho, diese positivo.
La presidenta madrileña ha informado, además, que mantiene los anticuerpos que generó después de contagiarse del virus en marzo, por lo que «no puede contagiar». Aun así, Ayuso modificó su agenda para seguir trabajando en casa hasta que le llegasen los resultados, por lo que durante este martes seguirá trabajando desde casa y a partir de mañana «seguirá con total normalidad» con su agenda programada.
Este lunes, Ayuso no pudo acudir a la misa de La Almudena, día festivo en Madrid al ser la patrona de la ciudad, tras tener que autoconfinarse a la espera de los resultados de las pruebas.
Cabe recordar que la presidenta de la Comunidad ya estuvo contagiada por Covid-19 en el mes de marzo, lo que la obligó a confinarse y seguir gestionando la pandemia en sus primeras semanas desde casa. Afortunadamente, superó la enfermedad con facilidad y desarrolló anticuerpos, lo que le han permitido no contagiarse esta vez. Se confirma así que muchas personas que ya han pasado la enfermedad generan una inmunidad que les protege durante un tiempo, de momento unos 8 meses, en el caso de la presidenta, aunque todavía no está claro cuánto tiempo puede durar.
Ayuso, punto de conflicto por la gestión de la pandemia
Isabel Díaz Ayuso se ha convertido en los últimos meses en uno de los personajes más desconcertantes de la política española, especialmente porque sus decisiones suelen ser impredecibles e incluso han pillado por sorpresa a otros políticos de su mismo partido, el Partido Popular.
Entre marzo y noviembre, la política madrileña ha sido la presidenta autonómica que se ha confrontado más con el Gobierno de Pedro Sánchez por las medidas tomadas para frenar el avance del Covid-19, tanto en la primera ola como en esta segunda. De hecho, su figura se ha convertido en el icono de la oposición al gobierno central, incluso por delante de gobiernos como el catalán, que tradicionalmente siempre se ha mostrado más opuesto a las políticas de Madrid.
Y a pesar de haber recibido muchas críticas en estos últimos meses precisamente por su forma de hacer política y de enfrentarse a las decisiones del Ejecutivo socialista, en las últimas semanas parece que sus decisiones están dando frutos y Madrid se ha convertido, de alguna manera, en la envidia del resto de comunidades, salvo Canarias.
Mientras casi todas las regiones empeoran sus datos epidemiológicos, Madrid ha reducido la incidencia acumulada prácticamente a la mitad defendiendo unos confinamientos que, desde el gobierno regional, denominan como «confinamientos quirúrgicos».
Así, en Madrid no se han confinado ciudades enteras o toda la región, como en otras comunidades, salvo cuando el Gobierno central declaró el estado de alarma y obligó a confinar de forma perimetral nueve municipios, los más afectados por el avance del virus. Ese estado de alarma duró dos semanas, y cuando terminó, la Comunidad volvió a aplicar su sistema de confinamientos.
Desde entonces, la incidencia acumulada (IA) en Madrid, que en aquel momento se acercaba a 800 casos por cada 100.000 habitantes en las últimas dos semanas, se ha reducido a más de la mitad. Según el último informe de Sanidad, este 9 de noviembre la IA en la Comunidad era de 355,43 casos, de las más bajas de España.
Ahora mismo, incluso desde Cataluña, donde tradicionalmente se ha sido siempre más reticente a las políticas dictadas desde el centro de España, comienzan a mirar la estrategia madrileña y comprobar qué se ha hecho en Madrid para poderlo aplicar en otros territorios. También es cierto que el pico de la segunda ola llegó antes a la Comunidad madrileña, motivo por el que también consiguieron controlarlo antes, y ahora otras comunidades están viendo también una ligera mejoría.