Un profesional sanitario colocándose unos guantes

Investigan el fallecimiento de un niño de 12 años en España por Covid-19 en Año Nuevo

El menor había dado negativo en la prueba PCR pero tenía síntomas compatibles con la enfermedad y no tenía patologías previas

Un niño de solo 12 años murió ayer, 1 de enero, en un hospital de Asturias con síntomas que podrían ser compatibles con el Covid-19. El menor fue ingresado en el hospital de Gijón después de estar varios días con «síntomas propios de la infección pandémica», es decir, de Covid-19, pero tras empeorar su estado tuvo que ser trasladado hasta el Hospital Universitario de Asturias (HUCA).

El diario 'La Nueva España' ha informado que, siguiendo el protocolo, desde el hospital se le hizo una prueba PCR al menor para determinar si estaba infectado con el coronavirus, dado que tenía síntomas compatibles con la enfermedad, pero la prueba dio negativo. 

Ante la evidencia de los síntomas, y que el niño no tenía patologías previas, según el conocimiento de sus familiares, los médicos insisten en creen que el niño podría haber estado contagiado, y están a la espera de los resultados de la autopsia para determinar las causas de la muerte. Según apuntan las mismas fuentes, el niño falleció por un «fallo multiorgánico», pero los médicos no saben qué lo provocó.

España empieza el 2021 en plena tercera ola

Las previsiones más pesimistas llevan semanas alertando y finalmente se ha cumplido: España ha acabado el 2020 y ha empezado el 2021 con una subida de contagios progresiva que parece indicar que la tercera ola del Covid-19 ya está aquí.

El último informe publicado por Sanidad, el 31 de diciembre, mostró un nuevo aumento de casos con 18.047 contagios nuevos, una cifra que no se alcanzaba desde mediados de noviembre, y de todos ellos 10.217 se diagnosticaron en un solo día, las 24 horas antes. 

Con estos datos, España se quedaba muy cerca de los 2 millones de contagios desde el inicio de la pandemia, una cifra que está previsto que se supere durante esta misma semana y a la espera de la última festividad, la noche y el día de Reyes. 

La incidencia acumulada, otro de los datos más importantes para valorar la situación, también sube. La media estatal ya se sitúa en 279,51 casos por cada 100.000 habitantes en las últimas dos semanas, pero hay ya tres comunidades que superan los 400 casos, y dos de ellas ya están por encima de 500: Baleares, con 530, sigue siendo la que tiene mayor incidencia, pero Extremadura, con 511, ha visto empeorar considerablemente sus datos en los últimos días. Algo por detrás está Madrid, con 400 casos, y le siguen la Comunidad Valenciana (390), Cataluña (369), Castilla-La Mancha (329) y La Rioja (296), todas por encima de la media española. 

La situación es especialmente complicada en la Comunidad Valenciana, que tiene un 16% de sus camas hospitalarias ocupadas por pacientes con Covid-19; y en Cataluña, que lidera el número de camas de UCI ocupadas, con un 34%. 

La preocupación ahora está en ver cómo han afectado las fiestas a los contagios, pero casi todos los expertos coinciden en que esta tercera ola podría ser peor incluso que la segunda. Para empezar, este 31 de diciembre es el día con más casos diagnosticados en 24 horas durante toda la pandemia, con esos 10.217 casos, superando las cifras del día anterior, el 30 de diciembre, que ya había marcado otro récord. 

Además, solo hace falta recordar que el récord de contagios de la segunda ola se produjo el 30 de octubre, con 25.595 nuevos casos en total, cuando este 31 de diciembre ya fueron 18.000 y falta todavía ver el efecto de las reuniones familiares y sociales de estos días.

Los datos del martes, 5 de enero, probablemente empiecen a introducir la imagen de la pandemia tras las Navidades, y se espera que alrededor del día 10 de enero se sumen también los primeros contagios producidos en Nochevieja. Hacia el 20 de enero, con los casos producidos en el día de Reyes, España podría alcanzar el pico de su tercera ola, pero todo indica que las restricciones aumentarán en casi todo el país antes. De hecho, varias comunidades ya han endurecido las limitaciones en mitad de las fiestas, viendo que la situación ya empezaba a irse de las manos.