Ayer pasaron la frontera española las primeras dosis de la vacuna de Pfizer, en un camión escoltado por la Guardia Civil. Tras pasar la noche en un cuartel en Lerma, Burgos, las dosis han llegado esta mañana a Guadalajara, y el Gobierno lo ha anunciado por todo lo alto mostrando en redes sociales la imagen de una de las cajas.
Sin embargo, algo ha llamado la atención de muchas personas: una enorme pegatina alrededor de la caja con las letras «Gobierno de España». Se trata de la insignia característica del Gobierno, con el escudo de españa y el color amarillo habitual.
La imagen no ha pasado desapercibida para muchos usuarios que lo ven como una intención del Gobierno de colgarse la medalla. Desde luego, Sanidad no ha dejado escapar la oportunidad de publicitar el hecho, y durante las últimas horas ha colgado en las redes sociales varias publicaciones anunciando la llegada de las primeras vacunas a España.
La del ministro de Sanidad, Salvador Illa, sin ir más lejos. En su cuenta de Twitter ha anunciado que es «el principio del fin de la pandemia». También lo han publicitado en la cuenta oficial de La Moncloa, donde han detallado «es una partida adelantada con la que se realizarán mañana las primeras vacunaciones» y que «a partir del lunes se producirán entregas semanales».
Pero al anuncio realizado por sanidad a través de Twitter le han empezado a caer comentarios y todo tipo de críticas por la pegatina en la caja. «El retrato que define a un Gobierno más preocupado en su imagen que en la gestión», resumía uno de los usuarios, mientras que otro tiraba de ironía: «Espero que dentro de la pegatina venga la vacuna».
Muchos critican que el Gobierno se haya apresurado a colgar la etiqueta apenas llegadas las vacunas a España, con fines propagandísticos. No ha faltado quien ha comparado la imagen con la de otros países. «Qué detalle de Pfizer que España es el único país del mundo al que vienen con la pegatina del Gobierno de España», dice uno junto a las fotografías de las cajas de otros países sin pegatina.
España se encuentra en una situación límite. Apenas superada la segunda oleada, los contagios están volviendo a subir y los sanitarios y los expertos temen que las reuniones navideñas desaten la tercera ola. Esto complicaría aún más la emergencia sanitaria y la graves crisis económica que ha acabado con sectores enteros de la economía.
Mensaje de optimismo
Ante una situación tan complicada, el ministerio de Sanidad ha intentado lanzar algo de optimismo las últimas semanas con la llegada de las vacunas. En varias ocasiones el ministro Salvador Illa ha mencionado que es «el principio del fin», y ha defendido que España fue junto con Alemania el primer país de Europa en presentar un plan integral de vacunación.
La realidad, sin embargo, es que el ritmo de vacunación en los países donde ya ha empezado es bastante lento. Y la aparición de las nuevas cepas de coronavirus más contagiosas, junto con la tercera ola, amenazan con frustrar el impacto real de la inmunización. Los más optimistas creen que en mayo o junio se puede haber dejado atrás lo peor de la pandemia.
De momento, ante la incertidumbre que plantea la nueva cepa y a las puertas de la tercera oleada de contagios, el Gobierno promociona la llegada de las vacunas como un mensaje de esperanza. Pero su afán de protagonismo le ha costado unas cuantas críticas como esta: «Han gastado más en la pegatina que en la vacuna».
Llegada y reparto de las vacunas
Tras la llegada de las primeras vacunas de Pfizer en España, serán enviadas a las residencias donde mañana a primera hora se empezarán a administrar. Esta mañana, a las 7.30 horas, han llegado en camión al centro logístico de un pueblo en Guadalajara, y desde allí saldrán hacia Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla.
En Guadalajara se pondrán las primeras inyecciones. El primer lugar será la residencia Los Olmos, donde 120 residentes y 70 empleados recibirán la vacuna. Luego se administrará a otros centros, tanto allí como en el resto del país.