Cada nuevo detalle sobre el asesinato de la niña de 14 años en Vallobín, Oviedo, es más escalofriante que el anterior. Erika fue abordada en el portal de su casa y apuñalada hasta la muerte por su vecino Igor. Con el paso de los días ha trascendido que el asesino es un perturbado depredador.
El asesino de Erika Yunga Alvarado, Igor Postolache, acumula un historial de denuncias por acoso sexual a menores. En apenas unos meses hubo varias denuncias y detenciones que, sin embargo, nunca acabaron en nada. Las sentencias desvelan la personalidad perturbada de este moldavo de 32 años.
Hace tres semanas se mudó a vivir al bloque de pisos donde vivía Erika con su familia. Allí, apenas llegó, se obsesionó con la niña hasta el punto de acosarla sistemáticamente. La tarde del pasado martes la esperó en el portal, la atacó y acabó con su vida de forma despiadada con un cuchillo.
Siempre salió indemne
Según desvela El Mundo, en 2019 la Audiencia de Oviedo le condenó a una multa de 240 euros por un episodio de acoso. A principios de 2020 tuvo que declarar también ante el juez por la denuncia de cuatro chicos por separado. En este último caso, la sentencia es más que llamativa.
Cuatro chicas menores de edad pusieron una denuncia contra el hombre por haberlas acosado de forma violenta. Según la sentencia, a una de ellas le dijo cosas como “se me turba la razón al verte. Me estoy poniendo nervioso al mirarte, me gustaría ponerte una bolsa de plástico en la cabeza”.
En otra ocasión, Igor había violentado a una chica acariciándole la cara: “Eres fantástica, ¿te han decepcionado los hombres a lo largo de tu vida?”. La sentencia también recoge otra agresión en la que dijo: “Eres muy guapa, me gustas mucho, ¿quieres venirte conmigo?”. El acusado fue absuelto.
Perturbado y reincidente
Además hubo otra ocasión en la que el joven abordó a unas adolescentes en un parque de la capital, pero también salió indemne. La única sentencia condenatoria fue la de 2019, pero su expediente quedó limpio seis meses después y no volvió a ser condenado. El crimen de Erika ha causado indignación.
Varias chicas se han hecho eco de la tragedia explicando su experiencia personal con el sujeto. “Conozco personalmente a varias chicas además de mí a las que acosó por la calle de distintas formas”, dice una usuaria en Twitter. “Me parece increíble que con tantas pruebas siguiese libre”, añade.
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También se manifiesta Lucía, la joven que le denunció por el episodio de acoso en 2019. Según cuenta, salió absuelto del juicio porque “al no lograr ponerte la bolsa en la cabeza solo se le acusa de acoso verbal”. “Se puso a hablarme en los Alsas de Gijón”, explica otra víctima de su acoso.
“¿Os acordáis cuando os conté la historia de un desequilibrado que todas conocíamos porque nos perseguía y tocaba a mujeres?”, expresa una chica en referencia a Igor. Otra cuenta que le estuvo haciendo muchas preguntas y después la perseguía. “Es el mismo loco que a mí me acosó y me persiguió”, añade otra.
Hablan las víctimas de Igor
El Mundo ha hablado con tres adolescentes que denunciaron al acosador. Aseguran estar devastadas por la tragedia de Erika, y una de ellas era vecina suya antes de que se mudara hace tres semanas. “Le vi en una parada de autobús acorralando a una chiquilla, así que decidí denunciarle”, explica.
Aunque es de origen moldavo, Igor llevaba toda la vida viviendo en Oviedo. “Al principio pensé que era un guiri”, dice una de las denunciantes, “llevaba una mochila y creí que quería preguntarme por alguna calle”. Fue entonces cuando Igor empezó a hacerle preguntas incómodas.
Ella quiso sacárselo de encima pero él la agarró de la muñeca, momento en el que ella se asustó y escapó como pudo. Tras denunciarlo la citaron en el juzgado, “nos metieron a las cuatro en una sala con él, aquello fue muy incómodo”. La tercera denunciante asegura haber llorado al conocer lo de Erika.
Una ciudad devastada
Esta sucesión de acontecimientos que quedaron sin castigar ha desatado una gran oleada de críticas en redes sociales. Se preguntan por qué la justicia y las autoridades no tomaron más medidas para proteger a las chicas de este depredador. Lamentan que ahora todo esto haya terminado en tragedia.
Las denuncias, las sentencias y los testimonios dejan claro que Igor es un depravado, y un peligro para las niñas. La sociedad civil pide más medidas para proteger a nuestros niños y niñas de personajes como este. Mientras, el entorno de Erika sigue sin hacerse a la idea de lo ocurrido.
La ciudad se ha volcado con la familia de Erika y han recibida el cariño de sus allegados y los compañeros de la niña. Los profesores tratan de explicar a las alumnas de su instituto qué ocurrió, pero es difícil encontrar las palabras. “Las niñas no entienden nada, no saben cómo pudo pasar”, cuentan.