David tenía 17 años y un cáncer cuando se despidió de sus amigos en un McDonald’s en los aledaños del hospital de La Paz en Madrid. La escena llamó la atención del periodista Daniel Ramírez, que escribió un desgarrador artículo en El Español. Tres meses después, el joven ha perdido la batalla.
David se puso en contacto con Daniel a través de un correo electrónico y quedaron para conocerse en persona y charlar. Pero el estado de salud del chico empeoró y murió sin haber visto publicado el artículo definitivo, el de su historia. El periodista lo publica hoy en homenaje al joven luchador que se fue.
Daniel Ramírez, periodista y escritor, ha querido contar la historia del joven madrileño de 17 años que murió de cáncer el pasado 2 de marzo. En su retina ha quedado grabada aquella imagen de David despidiéndose de sus amigos. “El abrazo, y no miento, es la imagen más poderosa que he visto”.
Un cáncer muy agresivo
“Tengo el tumor de una pelota de rugby, está en la pelvis y no se puede operar”, le explicó el paciente al periodista. A su corta edad había aprendido a enfrentar la realidad sin tapujos, “lo sabía todo de su enfermedad y hablaba como un oncólogo”. En términos científicos, lo que tenía se llama osteosarcoma.
Se trata de un cáncer muy agresivo que afecta sobre todo a personas muy jóvenes, como David. Él empezó a sentir los primeros dolores en agosto de 2020 y en junio de 2021 su oncólogo le dio entre dos meses de vida y un año. Lamentablemente, el pasado 2 de marzo se cumplieron los pronósticos.
El periodista cuenta que David afrontó su dura realidad con una gran madurez. Lo pudo comprobar en aquel McDonald’s, en el último abrazo que el muchacho dio a sus amigos. “Yo no comparto esa teoría que dice que sólo puede existir un mejor amigo, todos vosotros sois lo mejor que me ha pasado en la vida”, les dijo.
Las cosas no iban bien
Daniel y David volvieron a contactar el día de Navidad, pero las cosas no iban bien y el chico lo sabía: “Tengo más dolor que ayer”. La entrevista nunca se realizó porque las operaciones salieron mal y el trágico desenlace sobrevino rápidamente. “Antes de irte me dejaste un regalo, el fuego necesario para contar tu historia”.
“Sabías que te ibas y llamaste de nuevo a tus amigos”, cuenta el periodista, “se presentaron con unas pizzas en tu habitación el día de tu cumpleaños”. El pasado 27 de febrero, David cumplió 18 años rodeado de las personas más especiales de su vida. Fue la última vez, porque días después se fue de este mundo.
Adrián, un amigo de David, contó al periodista que estaba dormido y sin fuerzas pero que “al verles abrió y los ojos y se incorporó para abrazarlos”. “Un gesto que ningún médico habría adivinado”, escribe Daniel, “eso es para mi la épica”. Luego les confesó a sus amigos con entereza que no se quería morir.
El mejor momento de sus vidas
Antes de la quimio, David tenía el pelo a lo afro y sus amigos se reían porque le colocaban el boli entre los rizos. Le encantaban los videojuegos y salir con sus amigos la noche de Halloween. Les ocultó su enfermedad hasta que ya era demasiado evidente, lo hizo para protegerles, para que no sufrieran.
David aprendió también a convivir con el dolor, “tan fuerte como si te partieran las piernas”. Ni la morfina le liberaba del sufrimiento, pero incluso en esa situación aprendió a ser fuerte. Antes de morir compartió con sus amigos el mejor recuerdo de sus vidas, y con esa alegría abandonó este mundo.
“David, te has muerto con muchas ganas de vivir, con mucha gente a tu lado que quería que siguieras viviendo”, le escribe Daniel. Palabras desgarradoras que cierran esta corta pero intensa historia de amistad nacida del azar. Y del dolor, del impacto que causó la entereza de David en un periodista experimentado como Daniel.