En la última junta de vecinos del número 3 de la calle Caldas de Reis en Vigo, los inquilinos se quejaron del mal olor que salía de la segunda planta. Ese fue el origen del macabro hallazgo. Pilar Salgado, una mujer de 57 años, llevaba meses viviendo con el cadáver de su madre, Sara Rodríguez, de 91.
Los vecinos llevaban desde las Navidades percibiendo un hedor que con los días había ido subiendo de intensidad. El viernes pasado, una patrulla de la Policía Local entró en el piso y se encontró el cadáver putrefacto de una anciana en la cama. Había algo aún más inquietante: la hija estaba convencida de que su madre seguía viva.
El lugar donde han ocurrido los hechos es un bloque de doce pisos en la zona de Coia, en Vigo. Detrás de este caso se esconde una desgracia familiar, con una denuncia y dos muertes trágicas. Los vecinos aseguran que Pilar tiene problemas mentales, y los servicios sociales se han hecho cargo de la situación.
Cubierta hasta la cabeza
Sara estaba en la cama cubierta con una sábana y una manta, solo con la cabeza visible y rodeada de limones. Según los vecinos, del interior del inmueble salía “un olor insoportable” cuando Pilar abrió la puerta a la policía. Algunos de ellos presenciaron el terrible momento y aseguran que no lo olvidarán en la vida.
Cuando los agentes entraron en el piso y hallaron el cadáver de Sara, su hija Pilar aseguró que su madre se encontraba mal por unas empanadillas en mal estado. De hecho, la mujer había estado alimentando el cadáver de su madre durante días. Creía verdaderamente que su progenitora seguía con vida en la cama.
“No tenía estudios, ni nunca trabajó, era conocido que tenía algún problema”. Es el retrato que hacen de ellos los vecinos del bloque, sobrecogidos aún por el siniestro hallazgo. Pilar está desde el viernes ingresada en la unidad de psiquiatría del Hospital Álvaro Cunqueiro, y allí permanecerá por orden del juez instructor.
Dos meses muerta
Los vecinos llevaban semanas soportando el mal olor, pero no podían hacer nada porque Pilar no abría la puerta a nadie. Pensaban que podía ser algún animal muerto, pero nunca imaginaron lo que de verdad se escondía detrás de la puerta. Los agentes la derribaron de una patada al escuchar el fuerte hedor.
Encontraron extraño ver a la hija sola por la calle cuando las dos mujeres siempre iban juntas. La mujer tampoco hizo caso del requerimiento de los vecinos por unas goteras que procedían de su piso. Calculan que su madre murió a principios de diciembre, y que desde entonces Pilar siguió haciendo vida normal en el inmueble.
La única familia que les quedaba era la mujer del hermano de la anciana, una vendedora de flores que hacía tiempo que no las veía. La autopsia concluye que Sara murió por causas naturales, hace aproximadamente dos meses. El caso está en manos del juzgado de familia pero con intervención de los servicios sociales.
La triste historia que hay detrás
No era la primera vez que la policía acudía al piso donde se produjo el macabro hallazgo. En agosto de 1999 tuvieron que personarse en el inmueble porque Pilar gritaba desde la ventana que su madre la había secuestrado y que su padrastro la pegaba. Entonces tenía 34 años, y una vecina le daba alimentos con el palo de una escoba.
Madre e hija tenían una mala relación desde que su madre empezó a salir con otro hombre después de perder a su marido. Pilar aseguraba que ese hombre la maltrataba, y tanto Sara como su nueva pareja fueron detenidos por la policía. La madre explicó que su hija tenía trastornos mentales y acabó saliendo en libertad.
La joven manifestó que su madre la tenía encerrada en su habitación sin acceso al aseo o a la comida. Después de este suceso, Pilar volvía al domicilio familiar y ella y su madre pactaron acabar con las discusiones y mejorar la convivencia. Detrás de su mala relación había otros dos hechos luctuosos.
Dos muertes trágicas
El trastorno mental de Pilar tiene su origen en la pérdida de su padre y de su hermano en dos accidentes de tráfico. Padre e hijo murieron en dos accidentes sucedidos en extrañas circunstancias. Esto marcó un antes y un después en la relación entre madre e hija, sobre todo cuando la progenitora inició una nueva relación.
El primero en morir fue el padre de familia, que perdió la vida en un accidente de tráfico en la avenida de Madrid de Vigo. Con el dinero del seguro que le dieron por la muerte de su padre, su hijo se compró una moto. Fue con ella con la que tuvo el accidente mortal un año después, el mismo día que su padre.
En el entorno recuerdan hoy estos sucesos y lamentan la mala suerte que ha rodeado a esta familia desde entonces. El mal olor aún persiste en el piso, y las instituciones públicas llevarán a cabo una intervención. Los vecinos también están preocupados por el futuro de Pilar, la trágica protagonista de esta macabra historia.