Nada hacía presagiar que las vacaciones que se había tomado una joven pareja de Sudáfrica iba a acabar de una manera tan trágica. Y es que en principio nada hubiera hecho que la escapada que habían preparado Jean Vosloo, de 25 años , y Mari Hoon, de 28 años terminaría con el fallecimiento de los dos mientras se encontraban duchando en su habitación de hotel y que detrás de su muerte iba a estar el propietario del establecimiento.
Todo empezó hace aproximadamente un año. Fue entonces cuando esta joven pareja sudafricana se encontraba de viaje por su propio país. Jean y Mari, originarios de la provincia de Gauteng al noroeste del país, habían decidido alejarse de todo durante unos días. Es por eso que estaban pasando unas breves vacaciones junto a un amigo en Kliphuis Guesthouse, un pequeño hotel situado en una granja de la ciudad de Kareedouw en la provincia de Eastern Cape, también en el norte de Sudáfrica.
En principio, todo iba sin ningún tipo de problema durante los primeros días, la pareja y su amigo estaban pasando esos días de relax en pleno mes de abril y aprovechando el inicio del otoño en ese país. Pero hubo un día en que todo cambió, pues el amigo de la pareja no conseguía localizar ni a Jean y Mari.
Es por eso, que, extrañado, se dirigió a la habitación que ocupaban y fue allí donde se encontró con la escena que nunca hubiera querido contemplar. En la ducha privada del pequeño hotel estaban los cuerpos sin vida de Jean y Mari, por los que ya no se pudo hacer nada por salvarlos.
Ante el triste hallazgo de los cadáveres de la joven pareja, rápidamente se abrió una investigación por parte de la policía para tratar de averiguar cuál podía ser la causa de la muerte. Los primeros trabajos policiales confirmaban que los dos jóvenes no habían sufrido una muerte violenta, pues en principio no se encontraron heridas que pudieran haberles causado la muerte.
Se tuvo que esperar un tiempo para un informe diera con la clave de lo que les había pasado a Jean y Mari. Fueron los expertos en toxicología tras analizar la sangre de los jóvenes, los que confirmaron que la causa de la muerte sería una intoxicación por monóxido de carbono. Y es que sus niveles de sangre presentaban hasta un 70% de este gas. Lo que en principio podría haber parecido una muerte accidental, dio un giro radical hace pocos días, justo el 6 de abril, con la detección del dueño del hotel, Kevin Pretorius.
El dueño del hotel será acusado de asesinato
Como decíamos, la presencia de monóxido de carbono en los cuerpos de los fallecidos hacía pensar en una muerte accidental de la pareja. Este gas, conocido como 'el asesino silencioso', es inodoro y se acostumbra a concentrar cuando falta oxígeno en una combustión, ya sea en un incendio on en una caldera.
Si se acumula en habitación, impide que los glóbulos rojos no transporten el oxígeno, causando primero el desmayo y después una muerte dulce. A priori, esto es lo que creía la policía que había podido suceder en el hotel. Todo apuntaba a que la joven pareja se habría intoxicado por una mala combustión de una caldera de gas defectuosa.
Pero finalmente, todo cambiaría radicalmente con la detención de Pretorius. Todo parecía pensar que su arresto estaría vinculado a un posible cargo de homicidio involuntario, pero este será juzgado el próximo mes de mayo por asesinato. Aunque no se han desvelado los detalles de esta acusación, la policía y el juez habrían tomado esta decisión tras las entrevistas policiales con testigos y expertos.