Luto en el periodismo español por la repentina muerte de Iván Álvarez Pericón, periodista deportivo asturiano de 30 años.
Nacido en Busto (Valdés), Iván desarrolló su trayectoria profesional en el ámbito de la información deportiva. Sus compañeros de profesión están devastados al conocer la noticia.
Iván trabajaba en Gijón pero residía en la vivienda familiar en Busto. El martes por la noche le perdieron la pista y lo pusieron en conocimiento de las autoridades. Tras una intensa búsqueda, unos pescadores encontraron su cadáver en la playa de San Cristóbal ayer por la mañana.
Los compañeros recuerdan a Iván como un chico muy trabajador a la par que discreto, siempre prudente y meticuloso. La tragedia ha sumido a su entorno en una profunda conmoción, en especial a sus padres Macario y María José, y a su hermano Cristian. Hoy será enterrado en su localidad natal.
Periodista de raza
Iván Bustos era periodista de la sección de Deportes del diario El Comercio en Gijón. Tenía 30 años y su muerte ha supuesto un duro golpe para sus compañeros del periódico, que hoy lamentan su pérdida. “Toda una vida por delante truncada, uno de los nuestros se ha ido”, publican hoy.
Iván se tituló en Periodismo en la facultad de Filosofía y Letras de Valladolid e hizo las prácticas en el periódico El Comercio. Desde 2014, en el inicio de su carrera, estuvo vinculado a este medio asturiano. Estuvo siempre en la sección de deportes y realizaba su trabajo con una gran pasión.
“Desde el minuto uno ya dio muestras de lo que luego confirmó, un periodista de raza de los que huelen la noticia a kilómetros”, escribe El Comercio. Le elogian como periodista riguroso, “siempre acertado en los análisis y con dominio del lenguaje”. Dicen que sus crónicas eran sinfonías.
Lo encontraron muerto
Iván Álvarez Pericón era natural de Busto y vivía allí con sus padres y su hermano. El martes a las nueve de la noche lo vieron por última vez, paseando por uno de los caminos que llevan hacia el faro. Al ver que no volvía a casa, sus padres lo pusieron en conocimiento de la Guardia Civil.
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Los agentes organizaron rápidamente un dispositivo de búsqueda que se alargó durante toda la noche, aunque sin éxito. A primera hora de la mañana, vecinos de la localidad se sumaron a la batida para tratar de encontrar al joven. Estaba previsto usar un helicóptero, pero no pudo despegar por la niebla.
A las diez de la mañana, unos pescadores avisaron a la policía de la presencia de un cadáver en la playa de San Cristóbal. Los servicios de rescate se desplazaron rápidamente hasta el lugar y trasladaron el cadáver hasta un muelle cercano. Allí, su padre se encargó del reconocimiento del cadáver.
No entienden qué ha pasado
En las últimas horas, la redacción de El Comercio no ha dejado de recibir mensajes de cariño y apoyo en estos difíciles momentos. Por la capilla ardiente instalada en el tanatorio de Barcia han pasado amigos y compañeros del joven para darle el último adiós. Esta tarde está previsto el funeral.
La tragedia ha caído como un mazazo sobre la localidad valdesana de Busto. Los vecinos no dudaron en movilizarse para encontrar al joven, y estuvieron buscándolo en cada rincón durante toda la madrugada. Nadie esperaba el fatal desenlace a la mañana siguiente, y el pueblo ha quedado sumido en el dolor.
“No nos hacemos a la idea, no entendemos qué pudo pasarle, es una tragedia”. Es una de las declaraciones de un vecino, pero en realidad es el sentir generalizado de todo el pueblo en busca de respuestas. Muchos miran hacia la carretera donde le vieron por última vez, incapaces de encontrar una explicación.
Otro vecino apunta que le vio caminando por la carretera aquella noche, y que “cuando me enteré que no había vuelto a casa nunca pude imaginar cómo acabaría”. “Cómo tendría que haberse sentido, no entendemos nada”, dice otro. Todos los pensamientos ahora están con su madre y su familia.