La Guardia Civil cerró el paso de la calle donde viven Pablo Iglesias e Irene Montero en su urbanización de Galapagar (Madrid). Desde hace un tiempo, la pareja de políticos de Podemos reside en la localidad madrileña y este martes vieron como las fuerzas de seguridad colocaban varias vallas y limitaban el acceso únicamente a los residentes.
La casa que el vicepresidente segundo del Gobierno y la ministra de Igualdad tienen en la urbanización La Navata de Galapagar ha sido objeto en los últimas fechas de las protestas contra el Gobierno por la gestión de la crisis sanitaria del coronavirus. Las primeras tuvieron lugar en el barrio de Salamanca de Madrid y se han ido expandiendo tendiendo por diferentes puntos del territorio nacional.
La Guardia Civil actúa de esta forma ya que es responsable de garantizar la seguridad en el perímetro de la vivienda de Iglesias y Montero, una tarea ya fijada antes de la declaración del estado de alarma.
«¡Qué vergüenza! ¡Madre mía!», exclamaban indignados algunos vecinos
Desde el pasado fin de semana de forma más notoria, han sido numerosos los vecinos que se han acercado a la zona para hacer sonar sus cacerolas y sartenes, en protesta por la gestión del Gobierno en torno a la crisis del covid-19.
«¡Qué vergüenza! ¡Madre mía!», eran algunos de los gritos que se escuchaban en los alrededores del cierre impuesto por la Guardia Civil. Los manifestantes estaban contrariados al no poder acercarse hasta la misma puerta de la casa de Iglesias y Montero.
Sobre este asunto, Pablo Iglesias declaró este martes en una entrevista para ‘La Sexta’ que «hoy es gente de derechas manifestándose en la puerta de mi casa. Mañana puede ser gente de izquierdas manifestándose frente al apartamento de Ayuso, de la casa de los Espinosa de los Monteros o de Abascal». Además, el líder de Podemos señaló que «a la política hay que venir llorado de casa».