Los incendios forestales registrados en España desde enero han caído un 31,15 % respecto al mismo periodo del año anterior y las hectáreas quemadas han bajado un 23,65% , debido a la climatología pero también al confinamiento y a la reducción de la movilidad derivada de la pandemia. Así queda el balance de la campaña de verano de incendios forestales que ha elaborado el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ('Miteco') con datos comprendidos entre el 1 de enero y el 15 de octubre pasados, que ponen de manifiesto que 2020 es, por ahora, el segundo mejor año del último decenio en cuanto a número de siniestros tras 2018.
El subdirector de Política Forestal, Guillermo Fernández Centeno, y la jefa de servicio del Área de Defensa de Incendios Forestales, Elena Hernández Paredes, han sido los encargados de presentar este balance que, según han explicado, se ha elaborado con datos suministrados por las comunidades autónomas, al ser las competentes en la materia.
Poco más de 7.000 incendios desde enero
Según los datos del informe, hasta el pasado 15 de octubre se han producido 7.158 incendios forestales frente a los 10.396 que se contabilizaron en 2019, de los cuales 4.750 han sido conatos (67%) y 2.408 incendios (33%), un 30% menos que la media del último decenio, que se sitúa en 10.167 siniestros.
Además, entre el 1 de enero y el 15 de octubre de 2020 han ardido 62.904 hectáreas de superficie forestal incluidas tanto la vegetación leñosa como herbácea frente a las 82.381 que se quemaron en 2019, que hacen de 2020 el quinto año del decenio en cuanto a superficie dañada. Del análisis se desprende también que en lo que va de año ha habido en España 17 grandes incendios forestales (GIF), es decir, aquellos que han afectado a más de 500 hectáreas, aunque el 70% de las veces quedaron en conatos y ardió menos de una hectárea de terreno.
En cuanto a la localización de los siniestros, la zona noroeste, que abarca las comunidades autónomas de Galicia, Asturias y Cantabria y las provincias de León y Zamora, presenta el 46,96% de superficie forestalquemada y la zona Mediterránea cuenta con un 57,99% de superficie arbolada afectada. El 46,77% de los siniestros se han producido en el Noroeste, un 34,56% en las Comunidades interiores, 17,76 % Mediterráneo y 0,91% Canarias, señala el informe.
Solo dos víctimas mortales y debido a un accidente de avioneta de extinción
Han informado asimismo de que en la campaña que termina se han registrado cuatro víctimas mortales, dos de ellas ajenas a la extinción en los incendios de Los Arcos (Navarra) y Castiblanco de los Arroyos (Sevilla) y las otras dos el comandante y el copiloto de una avioneta que intervino el pasado 8 de agosto en un incendio en Lobios (Orense), en la frontera de Portugal.
Respecto a la intervención del 'Miteco', entre el 1 de junio y el 15 de octubre pasado ha participado en 1.410 ocasiones en 411 incendios forestales, lo que representa un 6% de los siniestros y el 48% de la superficie forestal afectada. En 218 ocasiones intervinieron las Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF) y entre ellas destacan las de los incendios de Garafía (La Palma, Canarias) y Cabezuela del Valle (Cáceres y Extremadura).
Según ha explicado Guillermo Fernández, el Ministerio mantiene de cara a la campaña de invierno un dispositivo para labores preventivas y para prestar ayuda en cualquier zona del territorio nacional, a la vez que seguirá colaborando en programas como el 'RescEU', de la Comisión Europea, aunque durante esta campaña no ha producido ninguna solicitud de ayuda de ningún país.
¿Cómo ha afectado la pandemia?
Para el subdirector de Política Forestal, la bajada en la cifra y la superficie quemada este año obedece a la calidad de los medios humanos y técnicos, a la coordinación ente el Ministerio y las comunidades autónomas y también al impacto de la pandemia que, ha afirmado, “no ha afectado a la operatividad del dispositivo”.
La responsable de Defensa de Incendios Forestales ha recordado, por su parte, la influencia positiva que ha tenido los confinamientos en la bajada del número de siniestros pues “casi el 90% de las veces están relacionados con la actividad humana”, ya sea intencionada o derivada de actitudes negligentes.
Ambos han indicado que existen zonas más problemáticas que otras en cuanto a riesgo de incendios debido a su orografía o las peculiaridades de su climatología e incluso a ciertas prácticas agrícolas, pero han asegurado que se trabaja en materia de prevención y en el aspecto social para poder solucionarlo