En las últimas 24 horas, según Sanidad, se han sumado 3.664 casos de coronavirus. De todos estos, 1.632 pertenece a Madrid, la comunidad autónoma con más contagios de todo el país, 72 a Castilla y León y 56 a Castilla-La Mancha.
Tras este gran aumento de positivos en Covid-19, las dos Castillas están muy preocupadas por su cercanía con la capital española y dejan claro que es de vital importancia impedir la interacción con Madrid con el objetivo de evitar la expansión del virus y un descomunal número de infectados.
Por esta razón, el miércoles a última hora de la tarde el ministro de Sanidad, Salvador Illa, se reunió con los consejeros de Sanidad de las tres autonomías y tras la solicitud de Castilla-La Mancha de realizar reuniones semanales de las tres comunidades, se concordó con ellas «coordinar actuaciones frente al virus».
«Se trata de coordinar, de ver la evolución de los datos y qué incidencia tiene en esa evolución de los datos la movilidad y la conexión entre los territorios».
Allí también trasladaron la imperante necesidad de tomar medidas más específicas y restringidas para algunas localidades o comarcas en la que la situación es más alarmante.
Además, han querido dejar claro que al contrario de lo que manifestó la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, tras las palabras de Pedro Sánchez sobre la capital española, no se están ensañando con esta autonomía, sino que están tratando de buscar las sinergias entre las regiones para que haya una mejora.
Madrid, culpable de los contagios de ambas Castillas
El Gobierno de Castilla-La Mancha ha manifestado que el 75% de los rebrotes que han tenido lugar durante este verano allí están relacionados con los ciudadanos madrileños, mientras que en Castilla y León los datos oficiales han demostrado que ha habido más contagios provenientes de Madrid en julio que en marzo.
Blanca Fernández, la consejera de Igualdad y portavoz del Ejecutivo de Castilla-La Mancha, apuntó que todos los contagios han estado relacionados de forma «directa o indirecta» con habitantes de la capital española y por esto ha defendido que es «imprescindible» la «coordinación permanente» pactada.
También han querido aprovechar esta situación para quejarse de que la presidenta de Madrid no ha impuesto ninguna medida estricta para los ciudadanos de la capital española: fue la última en hacer obligatorio el uso de la mascarilla, no tienen rastreadores y no controlan el transporte público.
Y algo que tampoco entienden es por qué han impuesto protocolos de seguridad mucho más estrictos y restringidos para ciudades con menos poblaciones que las que tienen más habitantes.
En la reunión se ha acordado y advertido que todos los compromisos adquiridos en las Conferencias de Presidentes y los Consejos Interterritoriales del Sistema Nacional de Salud se deben cumplir «a rajatabla», porque si no terminarán afectado a regiones «limítrofes».