No es ninguna novedad que el Gobierno prepara una reforma en el sistema de jubilaciones en nuestro país. Hace meses que el ministerio de Seguridad Social prepara un endurecimiento para desincentivar las jubilaciones anticipadas y retrasar la edad real de jubilación en España. Desde el Ejecutivo se anuncia desde hace semanas que el acuerdo con los agentes sociales es inminente y uno de sus primeros efectos obliga a marcar en rojo el 30 de septiembre.
Se trata de una fecha destacada, ya que es la que va a suponer la caducidad de los ERTEs por fuerza mayor tras la pandemia. Pero hay más: el 30 de septiembre también va a ser la fecha en la que se podrán pactar jubilaciones anticipadas sin las futuras penalizaciones. Quedan, pues, menos de cuatro meses para que empresas y trabajadores lleguen a acuerdos que faciliten estos anticipos de jubilación en las condiciones actuales.
Las jubilaciones anticipadas, mucho más penalizadas con la nueva ley
Y es que la nueva Ley de garantía del poder adquisitivo de las pensiones tiene como principal novedad el hachazo a la jubilación anticipada. El texto, del cual se están ultimando los detalles en el diálogo entre Gobierno y agentes sociales, pretende agrandar los recortes de pensión a quien se jubile antes. Si ahora se aplican coeficientes reductores de hasta el 4%, ahora —en función, claro está, del plazo de anticipación—, este 'descuento' puede llegar al 21%.
¿Y qué puede hacer un trabajador que pretenda jubilarse anticipadamente para evitar semejantes 'recortes' en su pensión? De entrada, darse prisa. Es precisamente en casos como este en los que deberá llegarse a un acuerdo entre empresa y empleado antes del 30 de septiembre. Si es así, no se aplicará la reforma legal que, en cambio, sí va a tener efectos en aquellos acuerdos que se tomen desde octubre.
Aunque en los últimos días ha habido dudas sobre la reforma legal por la tardanza del acuerdo, lo cierto es que está cerca. Gobierno y agentes sociales ya se han puesto de acuerdo en los temas más esenciales de la nueva regulación, entre los cuales se encuentra este. El castigo a las jubilaciones anticipadas, a fin y efecto de retrasar la edad real de jubilación en nuestro país, era uno objetivo clave.
Las jubilaciones por anticipo que se pacten antes del 30 de septiembre podrán hacerse efectivas hasta el próximo 1 de enero de 2022. Las que se acuerden después, deberán ya adaptarse a las nuevas reglas que indique la reforma de la ley. Ahora bien, eso no significa que las jubilaciones anticipadas a partir de 2022 sufran ya los castigos máximos de hasta el 21% de recorte.
El Gobierno prevé que el nuevo texto legislativo incluya una aplicación progresiva de la nueva regulación. Se quiere evitar una gran diferencia entre aquellos que se jubilen anticipadamente a finales de 2021 y los que lo hagan escasas semanas después, pero ya en 2022. Aun así, a nadie se le escapa que la fecha límite del 30 de septiembre puede suponer un 'efecto llamada' en las próximas semanas.
Temor por el posible efecto llamada de anticipos de jubilación en las próximas semanas
La cuestión parece evidente: acordar jubilarse anticipadamente antes del 30 de septiembre favorece las condiciones. Es por ello que se espera que miles de trabajadores y empresas, vistos los cambios que se prevén, opten por pactar antes de la fecha. Puede producirse, pues, un incremento claro de los acuerdos de jubilación anticipada de aquí a principios de otoño, cuando despliegue efectos la nueva regulación.
Se avecinan, pues, cambios importantes en la jubilación anticipada. El 30 de septiembre se convierte en una fecha clave que va a cambiar este mecanismo.