Un nuevo impuesto ya está a la vuelta de la esquina. Y vamos a pagarlo todos. Se veía venir. El déficit de las cuentas públicas se va a disparar hasta niveles inéditos con la crisis del covid-19. Y de algún sitio hay que sacar. Concretamente de nuestros bolsillos.
Impuestos al plástico para reducir su uso
El Consejo de Ministros ha dado vía libre a la Estrategia Española de Economía Circular conocida como España Circular 2030.
Arranca así la tramitación de Ley de Residuos y Suelos Contaminados que restringirá la utilización de los plásticos de un solo uso. También establece un impuesto sobre los envases no reutilizables. Se pretende disminuir su uso.
El gravamen a los envases de plásticos no reutilizables será de 0,45 euros por kilogramo de envase. Es similar al que se plantean adoptar otros países como Italia o Reino Unido.
Es de carácter indirecto y recaerá tanto en la fabricación como en la importación o la adquisición de envases de plástico no reutilizables.
Según la ministra para la Transición Ecológica Teresa Rivera: «España incorpora a la legislación española las directivas comunitarias sobre residuos y plásticos de un solo uso.»
El Gobierno espera recaudar unos 724 millones de euros anuales.
Muchos productos afectados
Entre los productos afectados están los vasos para bebidas y los recipientes para alimentos como las cajas con o sin tapa.
Desde el 1 de enero de 2023 quedará prohibida su distribución gratuita y será obligatorio cobrar por cada producto de plástico que se entregue. También habrá que registrarlo de forma diferenciada en el ticket de venta.
Se pretende reducir a la mitad su venta para el año 2026. En 2030 la disminución debería llegar al 70%. La idea es estimular la utilización de otros materiales alternativos al plástico para la fabricación de estos productos.
Desde el 3 de julio de 2021 estarán prohibidos productos de plástico de un solo uso que ya cuentan con alternativas hechas con otros materiales.
Desaparecerán los bastoncillos de algodón, los cubiertos, los platos, las pajitas y los agitadores de bebidas, los recipientes y los vasos con tapas para alimentos y bebidas hechos de poliestireno expandido.
Se prohíben también los detergentes y las cremas cosméticas que contengan micro plásticos añadidos.
También se quiere reducir el uso de agua embotellada. Las administraciones fomentarán las fuentes de agua potable y la suministrarán en envases reutilizables.
Los bares y restaurantes deberán ofrecer a la clientela la posibilidad de consumir agua no envasada de manera gratuita y complementaria a la oferta del local hostelero.