En 2019 murieron 55 mujeres víctimas de la violencia de género en España, cuatro de ellas en Málaga. Una fue Gloria Tornay, española de 58 años asesinada de forma brutal por su marido Geoffrey en Estepona. Él, un hombre de negocios retirado, se enfrenta desde hoy al juicio donde le piden 14 años de cárcel.
Hoy arranca el juicio por el asesinato machista ocurrido el 9 de marzo de 2019 en casa del matrimonio, en Estepona. Ella, natural de Montejaque, decidió dar una segunda oportunidad a su exmarido, pero tras retomar la relación estaba pensando en volverlo a dejar. Movido por los celos, el británico acabó con su vida de forma brutal.
El escrito de acusación demuestra que el acusado lo preparó todo para matar a Gloria sin testigos. Incluso echó de su casa al hijo menor de la víctima, de 16 años, cortó la luz y se atrincheró en la vivienda. Cuando llegaron los equipos de emergencia, se encontraron un escenario digno de una película de terror.
Madre de dos hijos
2019 fue el año más negro de la violencia de género en España, con 55 mujeres muertas a manos de sus parejas o exparejas. Una de ellas se llamaba Gloria Tornay, tenía 58 años y era natural de Montejaque (Málaga). Vivía una vida acomodada con su marido, Geoffrey Elton, en una casa valorada en más de 500.000 euros.
Además era una madre orgullosa de sus dos hijos, uno de 16 que vivía con ella y otro de 29 residente en Australia. Pero la vida matrimonial no había sido todo lo feliz que esperaba, y hacía tres años había decidido separarse. Finalmente decidió volver, pero días antes de morir había planteado la intención de volver a dejarlo.
El 9 de marzo de 2019, Gloria estuvo en casa con su hijo menor y con su marido. De forma repentina, Geoffrey echó al chico de casa, cortó la luz y se encerró en la vivienda con la mujer. Lo hizo, según el fiscal, con premeditación y “para evitar el aviso a los servicios de emergencia” y que no pudieran socorrerla.
El escenario del crimen
El escenario del crimen denotaba una inusitada violencia. Los agentes encontraron sangre por toda la casa, y el cuerpo sin vida de Gloria estaba en la habitación del matrimonio. Él estaba a su lado, muy malherido después de haber intentado quitarse la vida.
Minutos antes, los servicios de emergencia habían recibido el aviso por una fuerte discusión en un chalet de la urbanización Forest Hills, en Estepona. Al llegar encontraron a un chico de 15 años en la puerta, y al acceder a la vivienda vieron el cuerpo sin vida de su madre. El autor de los hechos se había cortado las venas y se estaba desangrando.
Los servicios de emergencia consiguieron estabilizarle y llevarlo al Hospital Costa del Sol, donde recibió el alta hora después. De allí pasó a los calabozos y fue puesto a disposición judicial. Desde entonces aguardaba en prisión provisional al juicio que arranca hoy.
La persiguió por toda la casa
Según el escrito de acusación, Geoffrey golpeó a Gloria en el rostro, le tapó la boca para asfixiarla, y luego la estranguló. Posteriormente cogió un cuchillo de cocina de 14,5 centímetros de longitud, con el que empezó a acuchillarla. Asestó once puñaladas a su mujer, una de ellas por la espalda hasta alcanzar mortalmente el corazón.
Para asesinar a su mujer, Geoffrey utilizó dos cuchillos distintos y la persiguió por toda la casa, tal y como atestiguaba el reguero de sangre. La persecución mortal acabó en el dormitorio conyugal, donde ella murió y él intentó suicidarse. Un vecino avisó al 091 alertado por los gritos y los ruidos, pero ya era demasiado tarde.
Los investigadores han intentado reflejar las escenas de pánicos que se vivieron en apenas unos minutos. El hijo había intentado entrar en casa por la ventana, pero sin éxito, mientras escuchaba como el hombre mataba a su mujer. Ella había intentado refugiarse en varias habitaciones, pero no pudo escapar del brutal ataque.
30 años de matrimonio
Gloria tenía 58 años y aunque era de Montejaque se había trasladado a Estepona hacía tiempo. Era muy querida en su pueblo, donde la recordaban como una madre luchadora y muy trabajadora. Tenía ocho hermanos, uno de ellos se había suicidado y su madre había muerto un año antes del crimen.
Participaba en las actividades del municipio y había sido mayordoma de la Virgen de la Concepción en 2007. Llevaba 30 años con su marido y, según los vecinos, nunca habían tenido problemas graves. No constaban denuncias previas por violencia de género.
Geoffrey había trabajado en una empresa de satélites y se acababa de jubilar. Era una persona muy callada, pero nunca le vieron capaz de hacer algo así. Según el fiscal, sufre un trastorno delirante que le hace perder la apreciación de la realidad y le altera las capacidades del conocimiento y la voluntad.
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