Francisco Seco, juzgado por asesinato

Francisco, el español que mató a su vecino con unas tijeras por una simple discusión

La fiscalía pide 20 años de cárcel por asesinato y la defensa su absolución, al entender que actuó en legítima defensa

El 29 de enero de 2020, Francisco Seco y su vecino Isidro González se encontraron por casualidad en la calle. Allí empezó una discusión que acabó de la peor forma, con unas tijeras clavadas en el cuerpo de la víctima. Un jurado popular tendrá que decidir ahora si fue un asesinato o en defensa propia.

Hoy arranca el juicio por el crimen del barrio de Los Rosales en Ciudad Real. El acusado es Francisco Seco, un español de 37 años que se enfrenta a cargos por asesinato. La víctima, Isidro Antonio González, tenía 59 años y era su vecino del edificio adosado.

Los dos protagonistas de este crimen vivían pared por pared, y eran frecuentes las discusiones por motivos vecinales. Durante esas trifulcas, Francisco solía amenazar a su vecino con que lo iba a matar. Cumplió su promesa la tarde noche del 20 de enero del año pasado, en una de sus muchas peleas.

Francisco fue detenido por haber clavado unas tijeras a su vecino de forma mortal, y lleva un año y nueve meses en prisión. Hoy arranca el juicio que tendrá que decidir el futuro de este hombre. La versión de la fiscalía es que Francisco es un asesino, y la de la defensa que solo quería defenderse.

Piden 20 años para el acusado

La fiscalía pide para el acusado 20 años de cárcel por un delito de asesinato. Según su versión, Francisco e Isidro se encontraron de forma casual, sobre las 9 de la noche, en el rellano de sus viviendas en la calle Arrayanes. Entonces, “empezaron a discutir por cuestiones vecinales, como era frecuente”. 

La discusión fue subiendo de tono hasta que el acusado, “con ánimo de acabar con la vida de Isidro”, sacó unas tijeras que llevaba escondidas. Se las clavó en la cara, el cuello y el tórax, llegando a cortarle la yugular y provocándole una hemorragia masiva. La víctima murió allí mismo, desangrado.  

La hermana y la viuda del fallecido ejercen la acusación particular, según la cual Francisco planeó la muerte de su vecino. Dicen que lo preparó todo para encontrarse con él en el rellano de ambas viviendas. Desconectó la cámara de seguridad, y ocultó bajo la ropa unas tijeras de jardinería. 

Según su versión, el acusado hizo ver que barría la acera sobre las 9 de la noche para fingir un encuentro fortuito. La víctima y su mujer venían de hacer la compra y quedaron a merced del asesino. El presunto homicida consiguió culminar su plan, apuñalando a Isidro de forma salvaje y mortal.

La defensa pide la absolución de Francisco

Pero el jurado popular tendrá que escuchar también la versión de la defensa. Francisco asegura tener muchas ganas de ofrecer su relato después de un año y nueve meses de silencio. Su abogado planteará que actuó en legítima defensa y pedirá la absolución para su cliente. 

“Nosotros partimos de dos hechos incuestionables, que las tijeras de costura las puso en acción el muerto y que es Isidro el que increpa a Francisco”. Para demostrar que era la víctima quien llevaba las tijeras, presentarán como prueba pruebas de sangre y ADN. “Lo normal es que el muerto hubiera sido Francisco”, asegura.

El letrado denuncia que se ha vulnerado la presunción de inocencia de Francisco “de arriba abajo”. Según su versión, Isidro salió a la calle con la excusa de abrir su buzón e iba armado con unas tijeras. “Estas resultaron ser el arma que terminó con su vida, tras una discusión iniciada por Isidro”, añade.

La defensa sostiene que todo empezó con un “quita la radio que me tienes harto”, y luego le soltó “estás loco perdido, no te enteras”. Dice que Isidro Antonio estaba “en un estado de nerviosismo y excitación”. La víctima murió fruto de un forcejeo, en el que Francisco solo quería defenderse.

El peso de las pruebas

Para la defensa, Francisco no solo es inocente sino que además se han vulnerado todos sus derechos. Para la acusación, en cambio, hay pruebas más que suficientes para señalar su culpabilidad, y no hay lugar para la “legítima defensa”. El jurado popular tendrá que deliberar sobre estas dos versiones.

Para ello contará con una veintena de testigos y la evidencia de las pruebas forenses. El juicio se desarrollará en cinco sesiones entre hoy y el viernes. Por la sala desfilarán veinte testigos, entre ellos la viuda, la madre y la tía del acusado. 

Por su lado, los análisis forenses muestran que la víctima tenía 21 heridas de arma blanca, una de ellas mortal en el cuello. “Le seccionó y le perforó la vena yugular derecha, causándole una hemorragia masiva y provocándole un shock hipovolémico”, dice el informe. ¿Asesinato o legítima defensa?