El Fondo Monetrario Internacional (FMI) dibuja en su nuevo informe un panorama dantesco para describir el escenario de «pobreza extrema» que ha dejado el coronavirus para 90 millones de personas en el mundo. Asegura que es la mayor crisis en décadas, pero arroja algo de esperanza. Las cosas están mejorando y el desplome de las grandes economías será menos de lo previsto.
Para todas, excepto para España. De las economías avanzadas, el FMI solo excluye a España de la mejora de las previsiones. Sus cálculos apuntan que el PIB español caerá un 12,8% este año, la cifra más alta de los 17 países desarrollados que entran en el análisis, y que la economía española repuntará en 2021, pero de forma insuficiente.
Dicho de otro modo, según las previsiones del FMI la mejora de la economía el año que viene no supondrá un alivio para la población. Sin ir más lejos, calcula que el desempleo, que sube hasta el 16,8% este años, se mantendrá en 2021 a pesar del crecimiento del PIB un 7,2%. Esta es la buena noticia, ya que según el FMI el PIB español será el que más crecerá el año que viene.
El problema es que el hundimiento al acabar este año será tan grande que ni el crecimiento del año que viene podrá compensarlo. España acabará 2021 con un PIB un 6% inferior al de 2019, unos niveles de desastre solo superados por Italia.
La conclusión es que mientras el resto de economías pueden aspirar a una revisión al alza de las previsiones, en España sucede lo contrario por la debilidad del tejido empresarial y la dependencia del turismo. El FMI estima que el 40% del empleo de las pymes de la restauración y la hostelería está en peligro debido no tanto al confinamiento sino a los problemas financieros que van a tener que afrontar como consecuencia de la crisis.
En el informe presentado por el FMI se estima «una recesión algo menos dura que en nuestra previsión de junio». El optimismo se debe a los buenos resultados del PUB del segundo trimestre en los países avanzados, a un retorno de China al crecimiento más rápido de lo esperado, y a los signos de una recuperación más veloz en el tercer trimestre.
EL FMI lo explica por la masiva intervención de los estados a través de reformas fiscales y regulatorias que han mantenido los ingresos disponibles, el flujo de las empresas y la oferta de crédito. En otras palabras, según el FMI los Estados han salvado a la economía mundial.
Las cosas pueden ir aún peor
Sin embargo, algunos países están en una situación más delicada. Los países europeos han sufrido la crisis de una forma más acusada, con especial mención para Italia, con una caída del 10,6%, Gran Bretaña y Francia, con un 9,8% y Alemania con un 6%. España lidera el ranking con la caída del 12,8%, mientras que la eurozona cae un 8,3%.
En el resto del mundo, Estados Unidos cae un 4,3%, Japón un 5% y Canadá un 7%. El FMI prevé que todas esas economías caerán un 3,7% menos de lo que se esperaba. La única excepción es España, con una caída porcentual equivalente a perder todo el sector turístico de un plumazo. Solo le sigue de cerca Italia y la India.
La predicción del FMI no incluye el aumento de los contagios de los últimos días que ha sumido España en la segunda oleada y ha llevado al cierre de Madrid. Por lo tanto, las cosas pueden ir aún peor. El FMI cree que la vulnerabilidad de España se debe al peso del turismo en la economía y al débil tejido empresarial formado por pequeñas compañías con pocas reservas de capital y escaso acceso al crédito.
En todo caso, el organismo asegura que el impacto del coronavirus es mayor en la gente más vulnerable. Según los estudios que ha llevado a cabo, las restricciones afectan especialmente a la gente joven y a las mujeres.