En Puebla del Río y Coria del Río, dos pequeñas localidades de la provincia de Sevilla, los vecinos han sumado el repelente para mosquitos al kit de mascarillas y desinfectantes. A la latente amenaza por el Coronavirus, la población de estos municipios, de 11.879 y 30.657 habitantes, se enfrentan a otra amenaza de salud pública.
En estas localidades se han registrado, en apenas una horas, 18 casos de meningoencefalitis vírica, de los cuales 16 siguen hospitalizados y 5 de ellos en la UCI. Los síntomas son fiebre alta, convulsiones, mareos y pérdida de visión, pero aún no existe un diagnóstico.
Los primeros casos, aquejados de fiebre alta, se asociaron inicialmente al Coronavirus, pero pronto se identificó como otro tipo de virus que podría ser la fiebre del Nilo. Tampoco eso está confirmado. Cuatro pruebas PCR han dado negativo a esta enfermedad y se está a la espera de más resultados. La Consejería de Salud andaluza pide tranquilidad.
Pero los habitantes de estos dos pueblos, rodeados de marismas en las que se encuentra la mayor producción de arroz en España, viven atemorizados por los mosquitos que se presume que han transmitido la enfermedad. Desde el martes corren mensajes en los grupos de Watsapp alertando de una nueva enfermedad de origen desconocido.
Algunos casos tienen un pronóstico muy grave. En el servicio de epidemiología, desbordado por el Covid, necesitan tiempo para confirmar de qué virus se trata. Inicialmente se pensaba en el virus del Nilo Occidental, una dolencia que se transmite a través de las picaduras de mosquito pero que, de momento, ha dado negativo en los test.
Curiosamente, de ese virus sí que avisó Fernando Simón hace tres años. El director del Centro de Coordinación de Emergencias Sanitarias, que en enero negó el peligro potencial del nuevo Coronavirus, firmó en 2017 junto a otros especialistas un informe sobre el riesgo de fiebre por el virus del Nilo Occidental en España.
Hay que controlarla
En aquel documento, Simón y sus compañeros advertían: «Durante los últimos veinte años ha venido registrando un incremento de brotes y, desde el año 2010, se ha producido una importante expansión de las áreas afectadas así como un drástico aumento en el número de casos humanos notificados».
También informan de la aparición en septiembre de 2010 en el sur de España de un brote de este virus en caballos y en humanos. En aquella ocasión se trataba también de las marismas del Guadalquivir, donde se encuentran los dos municipios afectados ahora mismo.
El virus de la fiebre del Nilo (NVO) lo transmiten los mosquitos del tipo Culex, y su hábitat natural son las aves migratorias que suelen habitar la zona de marismas y humedales. La mayoría de los casos hasta ahora ha afectado a los caballos, y en 2017 hubo 17 focos en explotaciones equinas de Andalucía, Extremadura y Castilla León.
La enfermedad vírica tiene su origen en 1937 en Uganda, África, y aunque no se considera emergente en España, los epidemiólogos avisan que se tiene que controlar. El ministerio recomienda abordar de forma integral y multidisciplinar la vigilancia y el control de la circulación del virus del Nilo Occidental en España.
Mientras tanto, los técnicos y responsables de los ayuntamientos afirman que no les consta que se estén llevando a cabo estas medidas. Sí que tienen constancia, en cambio, del control de la enfermedad en las aves que son anilladas en la zona.