La familia de Erika lleva una semana intentando asumir la trágica pérdida de su hija con tan solo 14 años. Estos días recibieron una carta de la madre del hombre que acabó con la vida de la adolescente a cuchilladas. En la carta pedía perdón a la familia y deseaba que su hijo pague por lo que hecho.
La familia de Erika Yunga Alvarado ha contestado a la madre del asesino con un escueto mensaje. “La madre no tiene la culpa de lo que haga su hijo, no tiene por qué pedir perdón”. Según revela La Nueva España, han hecho llegar estas palabras a la madre de Igor a través de su abogado.
Igor Postolache ya se encuentra en prisión provisional, tras haber salido del hospital donde estaba ingresado. La familia de la víctima se mantiene alejada de los focos, y solo ha roto su silencio para exonerar a la madre del asesino. Según estas palabras, le liberan de toda responsabilidad por lo ocurrido.
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La madre de Igor pidió perdón
Erika Yunga Alvarado murió asesinada la tarde del 5 de abril, al llegar a su bloque de pisos tras salir del instituto. En el rellano le esperaba Igor, el vecino del primero, que hacía poco se había mudado allí y se había obsesionado con la chica. El joven acumulaba denuncias por acoso a menores en Oviedo.
El asesino se autolesionó y tuvo que ser intervenido de urgencia porque se encontraba entre la vida y la muerte. Finalmente logró salir adelante, y fue trasladado desde el hospital hasta la cárcel. Su madre se puso en contacto con la familia de la víctima a través de una carta remitida por su abogado.
La madre de Igor es una mujer moldava que lleva años viviendo en Asturias y que además tiene otra hija. A través de su carta se solidarizó con el “dolor inimaginable de la víctima” y pidió perdón a la familia. “Ni yo misma puedo perdonármelo”, afirmó, con el deseo de que su hijo “pague por lo que ha hecho”.
La familia de Erika responde
Además la madre se mostró dispuesta a encontrarse personalmente con los familiares de Erika para pedirles disculpas. La familia Yunga Alvarado se encuentra recluida, afrontando la pérdida de su hija con unión y discreción. Sin embargo, han querido responder a la carta a través de su abogado.
Los padres de Erika piden tiempo para asumir lo ocurrido y cerrar heridas antes de tomar una decisión. No descartan tener ese encuentro más adelante, pero por ahora se quieren centrar en digerir “unos hechos tan duros”. Los padres accederían a ello, en todo caso, fuera del “circo mediático”.
Son conscientes que el caso de Erika ha generado un gran interés, y no quieren que ese encuentro se convierta en una atracción. Por ahora están intentando superar la tragedia manteniéndose unidos y agarrándose a la fe. La familia es muy creyente, y está muy unida a una congregación del barrio.
La mujer tiene miedo a las represalias
En cuanto a la madre de Igor, tiene miedo a las represalias y ha decidido irse a vivir a casa de unos amigos. Ya señaló en la carta que todo esto también está siendo muy duro para ella, y de hecho no ha querido hablar con su hijo. Solo las palabras de la familia de Erika pueden aliviar su sentimiento de culpa.
El entorno del agresor reconoce que era un chico raro, y que no sabía relacionarse con las chicas. A pesar de su tendencia a acosar a las niñas nunca buscó ayuda psiquiátrica y llevaba una vida aparentemente normal. El crimen destapó la mentalidad perturbada de este joven de origen moldavo.
Había varias denuncias contra él, de las cuales solo una acabó en castigo y con una simple multa económica. En redes sociales salieron otras chicas relatando sus malas experiencias con el acosador. Según los expertos se trataría más bien de un perturbado impulsivo que de un psicópata depredador.