Hay un dicho que seguramente es el que no quiere escuchar ninguna familia y es que las desgracias nunca vienen solas. Y es que seguramente hay pocos golpes más duras que ver como con una diferencia de pocos días pierden la vida un hijo y un padre, además los dos muy jóvenes y con todavía muchos años por vivir.
Esto es lo que han tenido que lamentar los familiares y allegados de Liam y Gregory Peck, de 23 y 43 años. Tan solo 9 días después que el joven perdiera la vida en un trágico accidente, su padre no se ha podido recuperar de las heridas que sufría y ha acabado falleciendo en el hospital en el que estaba ingresado. En pocos días, un mismo se ha cobrado la vida de un padre y un hijo que no podían estar más unidos.
El trágico incidente tuvo lugar el pasado 8 de febrero. Fue entonces cuando se produjo el accidente que acabó costándoles la vida a Liam y Gregory mientras se encontraban trabajando juntos. Concretamente, estaban realizando una reforma en una casa de Church Brow, en la localidad de Bolton-le-Sands, en el condado inglés de Lancashire.
Los dos estaban haciendo reparaciones en la parte exterior de la casa, según explican medios británicos como la 'BBC'. Por motivos que todavía están por aclarar, se les habría caído encima una parte del tejado del edificio mientras se encontraban en plena faena. El joven Liam perdió la vida de manera inmediata, pero su padre solo resultó herido, aunque gravemente. Desgraciadamente, la familia Peck tuvo que lamentar también su muerte este pasado miércoles 17 de febrero.
Estaban muy unidos y les encantaba trabajar juntos
Como es lógico, todos los que les querían se han mostrado destrozados por haber perdido a la vez a dos personas tan queridas y que a la vez estaban unidas. En un emotivo comunicado, la familia explica que eran los «mejores amigos». Y es que «pasaban mucho tiempo juntos, y aunque el mejor talento de Liam era la cocina, le encantaba construir y trabajar con su padre, algo a lo que estaba acostumbrado y que disfrutaba».
Además aquellos que conocían al joven Liam no dudaban en alabar el buen carácter del joven y como se hacía querer. Su familia explica que era el «alma de cualquier fiesta, tenía la habilidad de hacer divertida cualquier situación normal, le encantaba hacer reír a la gente y llevó alegría a todas las personas que lo conocieron».
Entre ellas, además de su familia, está su pareja Molly, con quién mantenía una relación desde su niñez. Ambos eran los dueños de un conocido café en la zona, el Kendal café. La familia confirmaba que seguirá habierto para mantener viva su memoria.
Pero como hemos dicho, el fallecimiento de Liam vino seguido unos días después del de su padre Craig, que según confirmaban sus allegados deja «otros tres hijos, su querida esposa y resto de la familia» que se encuentran «totalmente devastados» y todavía sin creerse su triste pérdida. «Este trágico suceso permanecerá con nosotros durante el resto de nuestras vidas y todavía no podemos comprender el viaje que ha empezado», seguían explicando en el comunicado que enviaban a los medios británicos.
Como es lógico, tras producirse el fatídico accidente, se abrieron las oportunas investigaciones para esclarecer que pudo ocurrir. La Agencia Ejecutiva para la Salud y la Seguridad, estamento británico encargado de investigar los accidentes laborales, trabajada desde del día del suceso junto a la policía de Lancashire para tratar de averiguar que pudo provocar la caída del tejado que acabó con la vida de padre e hijo.