La de Kelly Smith es una de esas historias que llegan al corazón por lo doloroso del caso. La mujer de 31 años ha muerto de cáncer de intestinos porque le retrasaron el tratamiento de quimioterapia tres meses debido a la pandemia del Covid.
Kelly Smith llevaba nada menos que tres años luchando contra un cáncer de intestinos. La joven de 31 había empezado la quimioterapia cuando el pasado marzo le dijeron que debía aplazar el tratamiento por la pandemia de coronavirus. Fue el 13 de julio cuando esta madre de un pequeño de seis años de Macclesfield, Inglaterra, falleció.
En la actualidad, su familia recoge firmas para que el Gobierno británico evite que un caso como el de Kelly vuelva a ocurrir. Según la información del diario 'Daily Mail', hasta 35.000 personas podrían morir el próximo año víctimas del cáncer, según datos del Cancer Research UK. La familia de Kelly Smith apunta que hay muchos pacientes enfermos británicos de cáncer abandonados por el sistema de salud desde que comenzó la pandemia de coronavirus la pasada primavera.
El caso de Kelly Smith recuerda a los de Sonia y Lidia en España
El caso de Kelly Smith recuerda al de dos mujeres españolas que, también murieron de cáncer por una mala o nula atención médica por la pandemia de coronavirus. Sonia Sainz-Mara llamó a su médico el 17 de abril, en los peores días del Covid en España, para contarle que tenía un gran dolor en una ingle desde hacía semanas, que estaba muy cansada y le costaba andar.
El 18 de junio visitó el Hospital Universitario de Burgos (HUBU). Pese a acudir al centro, desde el hospital se limitaron a decirle que no veían lumbociatalgias, tal y como su médico de cabecera explicaba en el informe. A partir de ahí, se sucedieron diferentes visitas a las urgencia del hospital pero a Sonia siempre le diagnosticaban problemas musculares.
Finalmente, Sonia consiguió que su médico le hiciera una analítica, que destapó una fuerte anemia. En ese momento la ingresaron y en el hospital le dieron el diagnóstico real: cáncer de colon con metástasis. Murió el 13 de agosto con 48 años.
Lidia, otra víctima de la nula atención médica en tiempos de Covid
La historia de Lidia es parecida a la de Sonia. La joven llamó a su médico porque se encontraba muy mal de salud, agotada, sin dormir, sin comer y vomitando sin control. Le diagnosticaron, siempre por teléfono, gastroenteritis y miedo al contagio. Llegó a perder 7 kilos y sus consultas al médico tuvieron siempre la misma respuesta: gastroenteritis o nervios. En ningún momento consiguió una cita presencial.
En junio llegó por fin la cita médica, el análisis y el fatal diagnóstico: dos tumores agresivos, uno en los ovarios y otro en los conductos biliares. Tras un mes ingresada en el Hospital Universitario de Burgos, Lidia murió.