La muerte es siempre un hecho triste, pero algunas veces de forma involuntaria aparece rodeada de situaciones de lo más extrañas y curiosas. Una noticia aparecida en la prensa mexicana ha llamado la atención por la circunstancia en la que se produjo la muerte de un hombre. Fue durante el funeral de su mujer.
Según la noticia del período «Milenio», un hombre de 60 años falleció en Guadalajara, Jalisco, mientras asistía al entierro de su mujer. El malogrado pisó una vieja tumba y se precipitó abajo en un foso de unos siete metros de profundidad.
El accidente sucedió en el cementerio conocido como Panteón de Mezquitán, en Guadalajara. Allí se llevaba a cabo la sepultura de una mujer cuando un hombre que fue identificado como su esposo pisó una cripta que se encontraba en mal estado debido a la antigüedad. Según la noticia, el lugar estaba señalizado advirtiendo del peligro por la existencia de tumbas viejas deterioradas, pero el hombre hizo caso omiso.
Al ceder la losa el hombre se precipitó por el foso a una profundidad de unos 7 metros, sufriendo por ello heridas que acabaron con su vida. Al momento los responsables del cementerio llamaron a emergencias y los servicios se desplazaron rápidamente hasta el lugar, pero no pudieron hacer nada por su vida.
Para extraer el cuerpo del foso, cuerpos de rescate de la Cruz Verde y de los oficiales de Protección Civil y Bomberos de Guadalajara iniciaron una compleja maniobra a través de aparejos con cuerdas y canastillas. Al acceder a él, los sanitarios comprobaron que sufría daño cerebral incompatible con la vida.
Los responsables de emergencia confirmaron que «el hombre se precipitó desde una altura de unos siete metros al poner el pie en una losa en mal estado», y añadieron que «fue rescatado por nuestro personal a través de un sistema de aparejos con cuerdas y canastillas, pero desafortunadamente presentaba un daño cerebral bastante grave».
Tras el difícil rescate, los sanitarios confirmaron que el hombre había perdido la vida. Su cuerpo fue resguardado en las instalaciones del panteón mientras esperaba la llegada de las autoridades para dar conocimiento del hecho y ordenar su traslado al servicio médico forense.
600 tumbas acordonadas
El Panteón de Mezquitán, en Guadalajara, es un viejo cementerio con 124 años de historia, construido sobre una superficie de 25.000 hectáreas en las proximidades de la ciudad. Actualmente, el cementerio tiene 87.000 tumbas, de las cuales 600 están acordonadas ya que se trata de sepulturas muy viejas en avanzado estado de deterioro.
Una de esas tumbas fue la que cedió al poner la víctima un pie en ella. Según la fuente original de la noticia, en el lugar hay señales advirtiendo del peligro, pero el hombre no hizo caso o sencillamente no vio los carteles que avisan del riesgo.
El responsable de la unidad de rescate confirmó que la tumba estaba en tan mal estado que primero tuvieron que asegurar la zona y luego proceder al rescate. También lamentó que las personas no atiendan al aviso de las autoridades de no caminar sobre las tumbas, ya que algunas de ellas, como la que pisó la víctima, por fuera parecen en buen estado pero por dentro presentan daños y fallos en la estructura.
«Es imposible ver desde fuera que estaba dañada, por eso se pide a las personas que no pisen ni pasen por encima de las tumbas, que no se sienten sobre las criptas porque la mayoría están en malas condiciones», dijo Miguel Santana, comandante de Bomberos de Guadalajara.