Tres tipos de mascarilla, de tela, quirúrgica y FFP2, tendidas

Las mascarillas populares en España que los expertos piden evitar a algunas personas

Un estudio detecta que las mascarillas FFP2 aumentan ligeramente la presión intraocular, perjudicial para los pacientes con glaucoma

Nadie puede negar que la pandemia del coronavirus ha cambiado nuestras vidas para siempre. En poco más de un año hemos vivido situaciones inéditas, como un confinamiento domiciliario total, y nos hemos acostumbrado a encerrarnos en casa a partir de una hora determinada por la noche para evitar recibir una dolorosa sanción. 

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Pero, más allá de todo esto, las mascarillas se han convertido en una realidad que costará muchísimo superar, una vez alcanzada la inmunidad de rebaño que tanto anhelamos. Las hay de todo tipo, desde las cuestionadas de tela hasta las quirúrgicas o las conocidas FFP2. Ahora bien, precisamente sobre estas últimas, unas de las más extendidas entre la población, un grupo de reputados investigadores ha lanzado una seria advertencia. 

Los pacientes con glaucoma deberían dejar de usar mascarillas FFP2 cuando entrenan

En concreto, según han explicado en 'Informativos Telecinco', un grupo internacional de científicos, entre los cuales podemos encontrar investigadores de la Universidad de Granada (UGR), han pedido a los pacientes con glaucoma dejar de utilizar este tipo de protección cuando realizan actividad física. El motivo, según los expertos, es que su uso aumenta los niveles de presión intraocular, y es por eso que deberían optar por las quirúrgicas.

Los investigadores, pertenecientes al departamento de Óptica y de Educación Física y Deportiva de la UGR, y en colaboración con el departamento de Oftalmología del Hospital Virgen de las Nieves y la Universidad de Ningbo, en China, consideran que las mascarillas quirúrgicas frenan correctamente la transmisión del virus, y resultan menos arriesgadas para los pacientes con glaucoma. 

La actividad física ligera, recomendable para pacientes con glaucoma

Recordemos que, en esta pandemia del coronavirus, las mascarillas se han convertido en uno de nuestros principales aliados, ya que han demostrado ser capaces de bloquear el paso de los aerosoles y las gotas de saliva con virus que expulsamos hablando o exhalando. Estas últimas son las principales responsables de los contagios de Covid-19, según explica la misma UGR en una nota. 

Durante la actividad física se expulsa un nombre incluso mayor de aerosoles, y además llegan más lejos de lo normal, disparando el riesgo de contagio. Por su parte, el glaucoma es a principal causa de ceguera irreversible en el mundo, y la única estrategia para prevenir o frenar su progresión es «la reducción y estabilización de los niveles de presión intraocular». 

Las FFP2 causan un ligero aumento de la presión intraocular

En este sentido, la realización de ejercicios aeróbicos de baja intensidad en pacientes con glaucoma ha resultado ser muy beneficioso, ya que reduce dicha presión, por lo que se recomienda. En este sentido, los expertos han evaluado el uso de mascarillas FFP2 y quirúrgicas, y sus efectos en dichos pacientes. 

Concretamente, han participado un total de 13 pacientes, todos ellos diagnosticados con glaucoma de ángulo abierto, que recorrieron una distancia de 400 metros con mascarillas FFP2, mascarilla quirúrgicas y también sin ningún tipo de protección. Su presión intraocular fue medida cada 80 metros, en condiciones basales y también tras un período de recuperación. 

Las conclusiones son que las mascarillas FFP2, a pesar de ser muy efectivas, causan un pequeño, pero «estadísticamente significativo» aumento de los niveles de presión intraocular, en comparación con las quirúrgicas o la falta de protección, situaciones que arrojaron resultados similares. 

Es por esto que se debería priorizar el uso de las quirúrgicas en pacientes con glaucoma, siempre que no exista un alto riesgo de contagiarse de Covid-19 durante la realización de la actividad física. Los expertos recuerdan en este sentido, que los valores de presión deberían mantenerse «tan bajos como sea posible» en todo momento.