La reanudación de las actividades no esenciales ha generado un debate político y científico sobre el riesgo que podría conllevar este relajamiento de las medidas de confinamiento.
El debate está en la calle. Por una parte, los que piensan que era necesario prolongar, al menos durante una semana más, la paralización de las actividades no esencias para evitar una posible segunda oleada de contagios.
Es el caso de la Generalitat de Cataluña, que ha calificado la medida como una «imprudencia» y una «temeridad». O el caso de la Comunidad de Madrid, que cuestiona que las medidas de prevención tomadas por el Gobierno sean lo suficientemente eficaces, empezando por el reparto de mascarillas en el transporte público.
Por otra parte, están los que creen que con las medidas adecuadas de prevención se puede reanudar la actividad para minimizar las pérdidas económicas. Es la postura del Gobierno, que cuentan con el asesoramiento de expertos como Toni Trilla.
«Nadie sabe si prolongar esto cinco días más va a tener un enorme beneficio o si pesará más el impacto económico. Ninguna decisión puede ser fija y radical», valora Trilla, epidemiólogo y miembro del comité científico de asesoramiento al Gobierno.
Debate científico
Así como no hay una opinión unánime entre los políticos, tampoco la hay entre la comunidad científica.
La viróloga del CSIC Margarita del Val calificó la medida de «precipitada» y los sindicatos sanitarios temen que la desescalada del confinamiento pueda provocar «un brote en cualquier momento», lamenta María José Campillo, tesorera de la Confederación Española de Sindicatos Médicos (CESM).
Sin embargo, algunos científicos defienden la salida escalonada del confinamiento argumentando que la población está más concienciada y dispuesta a tomar las medidas de protección necesarias.
Según estos expertos, si se toman las medidas adecuadas de prevención se puede reanudar la actividad sin una segunda oleada de contagios. «Pasar del confinamiento extremo al confinamiento menos extremo comporta un riesgo, pero modesto», señala el virólogo Joan Ramon Villalbí.
El doctor Benito Almirante, jefe de Enfermedades Infecciosas del hospital Vall d’Hebron de Barcelona, considera que en estos momentos «la carga de enfermedad transmisible también es inferior», por lo que el riesgo también es menor.
No obstante, Almirante reconoce que sería necesario conocer de donde radica la tasa de contagio actual que hay en España para tomar las medidas de confinamiento que sean pertinentes Si son en residencias, el control tiene que ser diferente del confinamiento.
«Si son contagios intrafamiliares, el confinamiento les perjudica más. Y si se dan entre trabajadores esenciales, seguramente no hay manera de evitarlo», señala el doctor poniendo de manifiesto la necesidad de realizar más tests que ayuden a configurar el mapa epidemiológico de España.