Un hombre mirando por la ventana en época de confinamiento

'España necesita un confinamiento ya para frenar la ola, pero no como el de marzo'

Los expertos abogan por endurecer las medidas y descartan que sea necesario un confinamiento largo como el de 2020

Tras la exagerada escalada de contagios en España vista en las últimas semanas, comunidades como Andalucía, Murcia, Asturias y Castilla y León ya han pedido al Gobierno central la opción de permitir la implantación de un confinamiento domiciliario en dichas regiones. El Ministerio de Sanidad lo descarta por ahora, pero cada día son más los expertos y las organizaciones, como el Colegio de Médicos de Murcia, abogan por ejecutar esta medida aunque sea solo para dos semanas.

Por contra, una gran mayoría de los epidemiólogos cree que no será suficiente confinar a la población por un corto espacio de tiempo. «Ni sería cuestión de 15 días ni volveríamos a la tranquilidad», afirma a 'Teknautas' Óscar Zurriaga, vicepresidente de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE). «El problema es la expectativa que se lanza: que nos vamos a confinar poco tiempo y, después, todos tan felices», considera.

«Con dos semanas, no haríamos casi nada», opina Ignacio Rosell, asesor de la Junta de Castilla y León, «en ese tiempo, las cifras no bajan, incluso seguirían aumentando los casos por los contactos intrafamiliares», por lo que una vez finalizase el confinamiento, el coronavirus seguiría circulando peligrosamente. Rosell pide un confinamiento de un mes y este no sería como el de la pasada primavera: «La gente podría salir al aire libre, a hacer deporte y a pasear; pero no a sitios cerrados, como bares, tiendas no esenciales u otras casas», explica.

¿Por qué no es aconsejable un confinamiento duro?

La mayoría de los expertos descartan por completo la necesidad de establecer un confinamiento duro. «Son necesarias nuevas restricciones que en muchos países europeos llamarían confinamiento, pero aquí no, porque no se trata de repetir una situación como la de marzo», afirma Pedro Gullón, experto de la Universidad de Alcalá de Henares y coautor del libro ‘Epidemiocracia’. El experto cree innecesario volver al confinamiento de marzo, ya que sería peligroso «por las consecuencias secundarias que tiene».

Sí que reconoce Gullón que son vitales diversas «acciones rápidas y contundentes. Cuando se dice que Alemania ha confinado, en realidad lo que ha hecho es parar la actividad económica no esencial y obligar al teletrabajo. Nos tendríamos que mover en esa dirección», apunta el experto sobre la estrategia que está llevando a cabo el país germano.

Por otro lado, Gullón valora que «hay una cosa que se hizo mejor en la primera ola que en la segunda: las medidas no se quitaron hasta que la curva bajó de verdad y se hizo de forma gradual», destaca. «Es cierto que la desescalada fue rápida, pero estábamos con unas incidencias muy bajas», opina. Acerca de la superada segunda ola, «hemos aprendido a evitar los extremos y a ver que podemos implementar medidas graduales que, en función de la situación epidemiológica, también pueden llegar a doblegar la curva si las mantenemos en el tiempo», expone el epidemiólogo.

«Todo no sirve para todos en todos los sitios» 

Óscar Zurriaga comenta que el confinamiento del pasado año estuvo marcado por algunas situaciones injustas, como «vimos que hay localidades pequeñas en las que el confinamiento no tenía sentido; aunque salgan todos los vecinos de casa, ni se ven. Todo no sirve para todos en todos los sitios», se lamenta.

«La diferencia entre un confinamiento total y parar la actividad económica no esencial es muy pequeña en términos de contagio, pero el balance entre riesgo y beneficio es muy alto», considera Gullón. «Dar paseos no contagia y la posibilidad de que haya reuniones privadas sin establecimientos abiertos y con toque de queda es mínima», sentencia.

Las medidas implantadas en algunas comunidades, como la limitación de movimientos o el cierre parcial de la hostelería, deberían notarse en los datos de las próximas semanas. «Lo lógico es esperar a ver los resultados, ponemos una medida y queremos que al día siguiente funcione, cuando sabemos que se necesitan 10 o 15 días para ver su eficacia», señala Zurriaga. «La situación es mala y no vemos en qué punto puede cambiar la tendencia, pero me gustaría pensar que a finales de este mes será así. A veces se nos olvida que no hay medida que salga gratis», concluye el experto.